La generosidad sin precedentes de la Reserva Federal
Por Arlen Grossman *
He aquí lo que la Reserva Federal no quiere que se sepa: la entidad ayudó a grandes bancos y otras corporaciones a salir del hoyo. Suena a labor de buen samaritano, ¿por qué será que la guardan en secreto?
Gracias a la presión de congresistas como Bernie Sanders y Ron Paul, la Reserva Federal se sometió, a regañadientes, a la primera auditoría de su historia (nada menos que 100 años de existencia). No se trata de una auditoría total, pero supongo que algo es algo.
Tal vez lo que la Reserva Federal no quería que se supiera es la magnitud de su generosidad: otorgó, subrepticiamente, $16 billones de dólares. Sí, $16.000.000.000.000 en moneda estadounidense. Su benevolencia llegó a algunas de las instituciones financieras y corporaciones más grandes del país, y a bancos y corporaciones en el extranjero.
Claro que no cedieron los fondos así nada más. Por el contrario, la Reserva Federal prestó generosamente el dinero con una tasa de interés de 0% (prácticamente no se ha pagado un centavo de dicha deuda). He aquí algunas cifras que ilustran el gesto espléndido del Fed: $2,5 billones a Citigroup, $2,04 billones a Morgan Stanley y $1,3 billones al Bank of America. A los bancos extranjeros tampoco les fue mal: la Reserva Federal prestó $868 mil millones a Barclay PLC del Reino Unido y $354 mil millones al Deutsche Bank en Alemania. Muchas otras instituciones de enorme talla en Estados Unidos y otros países recibieron cientos de miles de dólares.
Resulta que había algunos obvios conflictos de interés, claro. Según el senador Sanders:
El director general de JP Morgan Chase formó parte del Consejo de Administración de la Reserva Federal en Nueva York al tiempo que su banco recibía más de $390 mil millones por concepto de asistencia financiera por parte de esta institución.
Otro revelador hecho divulgado por la GAO (Oficina de Rendición de Cuentas de los Estados Unidos) es que el 19 de septiembre de 2008 se otorgó una exención a William Dudley, actual presidente de la Reserva Federal en Nueva York, para que pudiera mantener inversiones en AIG y General Electric al tiempo que tanto AIG como General Electric recibían fondos de rescate. La auditoría señala que una de las razones por las que la Reserva Federal no obligó a Dudley a vender sus activos fue evitar dar la impresión de que había conflicto de intereses.
La administración de los préstamos del Fed se subcontrató a gestores privados, en su mayoría mediante contratos no licitados. Entre esas empresas de administración se encuentran J.P. Morgan Chase, Morgan Stanley y Wells Fargo. A modo de sorprendente coincidencia, estas entidades resultaron ser receptoras de billones de dólares mediante estos mismos préstamos.
Seguramente recuerdan la furia del pueblo estadounidense cuando se supo del rescate TARP en 2008 para asegurar “activos en riesgo” por $700 mil millones durante la crisis de las hipotecas subprime. Gran parte de la ciudadanía está que trina con el déficit de $1,5 billones del gobierno este año. Lo más probable es que en cuanto se enteren de que el Banco de la Reserva Federal rescató a enormes corporaciones financieras por $16 billones pierdan la cabeza y suban por las paredes.
En teoría, al menos.
Por alguna razón este rescate de $16 billones escapó al radar de los medios corporativos. La auditoría de la GAO se publicó hacia fines de julio… parecería que no quieren enterar a la opinión pública. Podría argumentarse que los medios dominantes del país han preferido, magnánimamente, proteger a la población de noticias tan desagradables. No obstante, yo soy licenciado en periodismo y no recuerdo ninguna clase en que nos enseñaran que esa era la función de los medios.
Estamos hablando, señoras y señores, de 16 billones de dólares en ayuda financiera. Esta cifra supera a nuestra deuda interna de $14,5 billones y al PIB de $14,1 billones del país. Tal generosidad no tiene precedentes. Quizás, por modestia, Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, no quería que se divulgara esta información.
La información ya es pública; sin embargo, ha sido básicamente barrida bajo la alfombra, de manera que el escándalo aún no lo es.
Enlace al texto del senador Sanders sobre la auditoría de la Reserva Federal (inglés): Bernie Sanders on the Fed Audit
Enlace al informe de la GAO sobre la Reserva Federal (inglés): The GAO Report on the Fed
Escritor y blogger, vive en Monterey, California.*
He aquí lo que la Reserva Federal no quiere que se sepa: la entidad ayudó a grandes bancos y otras corporaciones a salir del hoyo. Suena a labor de buen samaritano, ¿por qué será que la guardan en secreto?
Gracias a la presión de congresistas como Bernie Sanders y Ron Paul, la Reserva Federal se sometió, a regañadientes, a la primera auditoría de su historia (nada menos que 100 años de existencia). No se trata de una auditoría total, pero supongo que algo es algo.
Tal vez lo que la Reserva Federal no quería que se supiera es la magnitud de su generosidad: otorgó, subrepticiamente, $16 billones de dólares. Sí, $16.000.000.000.000 en moneda estadounidense. Su benevolencia llegó a algunas de las instituciones financieras y corporaciones más grandes del país, y a bancos y corporaciones en el extranjero.
Claro que no cedieron los fondos así nada más. Por el contrario, la Reserva Federal prestó generosamente el dinero con una tasa de interés de 0% (prácticamente no se ha pagado un centavo de dicha deuda). He aquí algunas cifras que ilustran el gesto espléndido del Fed: $2,5 billones a Citigroup, $2,04 billones a Morgan Stanley y $1,3 billones al Bank of America. A los bancos extranjeros tampoco les fue mal: la Reserva Federal prestó $868 mil millones a Barclay PLC del Reino Unido y $354 mil millones al Deutsche Bank en Alemania. Muchas otras instituciones de enorme talla en Estados Unidos y otros países recibieron cientos de miles de dólares.
Resulta que había algunos obvios conflictos de interés, claro. Según el senador Sanders:
El director general de JP Morgan Chase formó parte del Consejo de Administración de la Reserva Federal en Nueva York al tiempo que su banco recibía más de $390 mil millones por concepto de asistencia financiera por parte de esta institución.
Otro revelador hecho divulgado por la GAO (Oficina de Rendición de Cuentas de los Estados Unidos) es que el 19 de septiembre de 2008 se otorgó una exención a William Dudley, actual presidente de la Reserva Federal en Nueva York, para que pudiera mantener inversiones en AIG y General Electric al tiempo que tanto AIG como General Electric recibían fondos de rescate. La auditoría señala que una de las razones por las que la Reserva Federal no obligó a Dudley a vender sus activos fue evitar dar la impresión de que había conflicto de intereses.
La administración de los préstamos del Fed se subcontrató a gestores privados, en su mayoría mediante contratos no licitados. Entre esas empresas de administración se encuentran J.P. Morgan Chase, Morgan Stanley y Wells Fargo. A modo de sorprendente coincidencia, estas entidades resultaron ser receptoras de billones de dólares mediante estos mismos préstamos.
Seguramente recuerdan la furia del pueblo estadounidense cuando se supo del rescate TARP en 2008 para asegurar “activos en riesgo” por $700 mil millones durante la crisis de las hipotecas subprime. Gran parte de la ciudadanía está que trina con el déficit de $1,5 billones del gobierno este año. Lo más probable es que en cuanto se enteren de que el Banco de la Reserva Federal rescató a enormes corporaciones financieras por $16 billones pierdan la cabeza y suban por las paredes.
En teoría, al menos.
Por alguna razón este rescate de $16 billones escapó al radar de los medios corporativos. La auditoría de la GAO se publicó hacia fines de julio… parecería que no quieren enterar a la opinión pública. Podría argumentarse que los medios dominantes del país han preferido, magnánimamente, proteger a la población de noticias tan desagradables. No obstante, yo soy licenciado en periodismo y no recuerdo ninguna clase en que nos enseñaran que esa era la función de los medios.
Estamos hablando, señoras y señores, de 16 billones de dólares en ayuda financiera. Esta cifra supera a nuestra deuda interna de $14,5 billones y al PIB de $14,1 billones del país. Tal generosidad no tiene precedentes. Quizás, por modestia, Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, no quería que se divulgara esta información.
La información ya es pública; sin embargo, ha sido básicamente barrida bajo la alfombra, de manera que el escándalo aún no lo es.
Enlace al texto del senador Sanders sobre la auditoría de la Reserva Federal (inglés): Bernie Sanders on the Fed Audit
Enlace al informe de la GAO sobre la Reserva Federal (inglés): The GAO Report on the Fed
Escritor y blogger, vive en Monterey, California.*
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