A propósito de la deuda de Estados Unidos y el derroche de la era Bush
Por Marco Antonio Moreno
Ahora que se discute con tanta inquietud el tema de la deuda de Estados Unidos, y a pocas horas de que se vote en el Senado, el próximo martes, la crucial decisión de si se aumenta o no el techo de esta deuda, es interesante ver el rol que han desempeñado las administraciones de Bush y Obama en la evolución de la deuda pública de la primera potencia económica.
De acuerdo a un artículo publicado en The Guardian esta semana, y a estos datos que aporta Menzie Chinn y que extraigo del sitio Econbrowser, el derroche bélico de la era Bush y los recortes de impuestos al inicio de su administración han sido 5 veces más dañinos que los gastos de la administración Obama para el mejoramiento de los planes de salud o el estímulo económico.
La primera gráfica destaca el endeudamiento en torno al 27% del PIB entre los años 1970 y 1980, algo que hemos señalado en La deuda pública de Estados Unidos desde 1790 hasta hoy, con el destape que significó el endeudamiento propiciado por Ronald Reagan a partir de 1981 que lo llevó la deuda al 50% del PIB a principios de los años 90.
Con la administración Clinton, el endeudamiento descendió al 34% en 2001, para comenzar a aumentar fuertemente con George W. Bush. Menzie Chinn señala que entre 2001 y 2008 la deuda pública aumentó en 17 puntos porcentuales. Para el período siguiente (2009-2011), que para Chinn abarca “la peor recesión en la era de post-guerra”, la deuda aumentó 13 puntos porcentuales.
La acumulación de la deuda incorpora los efectos de los estabilizadores automáticos, así como la reducción de los ingresos fiscales producto del menor empleo y la disminución de ganancias de las empresas. También incorpora las transferencias a los desempleados, a medida que el desempleo sigue prolongándose.
La gráfica de la derecha es aún más interesante porque incorpora los cambios discrecionales ocurridos en ambos gobiernos. Las guerras de Irak y Afganistan han arrojado costos de 1,47 billones de dólares, los recortes de impuestos propiciados por Bush, un sangramiento de 1,81 billones de dólares. La suma de las nuevas políticas aplicadas por Bush, tuvo un costo para el país de 5,07 billones de dólares. Esto demuestra que los juegos de guerra no son gratis y que han tenido un fuerte impacto en las finanzas públicas de Estados Unidos.
A su vez, el costo de las nuevas políticas aplicadas por Obama (incluyedo los planes de estímulo y las reformas sanitarias), tendrán hasta el año 2017 un costo de 1,44 billones de dólares. Si consideramos que la administración de Obama ha ahorrado 126 mil millones de dólares en defensa, encontramos que los costos totales de esta administración llegan a la quinta parte que los de su predecesora. El juego de casino iniciado por Estados Unidos hace 30 años está llegando a su fin no sólo por el colapso de la banca y el declive imparable del billete verde. Ahora se enfrenta el juego más temible de la ruleta rusa, en el cual Estados Unidos puede seguir el mismo derrotero que tiene a Grecia al borde del caos social.
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