Grecia cae en la trampa y se arrodilla a la cleptocracia financiera
Por Marco Antonio Moreno
El Plan Brady que Francia quiere instaurar para la deuda griega asegurando que la nueva jefa del FMI, Christine Lagarde, se encargue de ejecutarlo con rigor, no resuelve absolutamente nada y la fiesta será muy corta, como para llegar apenas al 14 de julio antes que se desate la nueva tormenta. Lo que sí ha quedado horrorosamente en claro, es que el Parlamento griego abandonó a su propio pueblo, para dar rienda suelta a la cleptocracia financiera: la elite política y económica que concentra la riqueza de la nación, a costa de la corrupción y la malversación de fondos. Esta elite seguirá actuando a sus anchas con la nueva droga de crédito que le cede la banca gala, pagadera a 30 años a costa de los contribuyentes honrados que pagan sus impuestos en el país heleno.
Nada resuelve la solución francesa-FMI porque no hay cómo cumplir con el pago de una deuda que crece y una economía que se destruye, aunque se privatice cada centímetro cuadrado del país. El plan consiste en que a medida que los bonos lleguen a su fecha de vencimiento, los bancos renovarán el 50% del préstamo a 30 años, se embolsarán el 30% de la deuda, y el 20% restante lo dispondrán en los vehículos de propósito especial (SPV, por sus siglas en inglés) que serán colocados en el mercado con calificación triple A. Estos fondos actuarán como garantía sobre la nueva deuda griega para cubrir el riesgo de una nueva caída en este nuevo préstamo a 30 años.
Si bien tiene cierta relación con el llamado Plan Brady, que se aplicó en América Latina durante la crisis de los años 80, que significo para latam su década perdida, hay una sutil diferencia entre los actuales SPV y los de hace 30 años: en aquellos se aplicó un “recorte” al monto original de la deuda. En el caso griego no existe ningún recorte y sólo se busca convencer que Grecia será capaz de pagar los 340.000 millones de euros que debe, junto a los intereses draconianos que, a 2 años, 5 años y 10 años superan el 25%, 20% y 15%, respectivamente.
Como he señalado en otro post, lo que eufemística y deshonestamente se llama un ‘rescate’ de la nación griega, no es nada más que un salvataje para la gran banca, que se hunde en el precipicio por la caída de sus sistema ponzi de reservas fraccionarias. Hasta el BCE está en serios problemas dado que su capital y reservas llega a 116.000 millones de dólares y está apalancado 24 veces, lo que indica que basta una pérdida del 4,2% para que el BCE quede suspendido en el aire. Se sigue insistiendo en que estamos en una crisis de liquidez cuando se trata de una crisis de insolvencia. Es insolvente Grecia, es insolvente el BCE, es insolvente Francia y Alemania. También el Reino Unido y Estados Unidos (ver gráfica… ¿dónde está Grecia?). Por eso que el gran espectáculo que celebran las bolsas terminará con un triste final de circo. Ninguna de estas argucias está llamada al éxito porque se ha dado un golpe de estado financiero que la gran masa, sin juicio, celebra.
Con este plan sólo se refuerza el poder absoluto de la banca. Es la ortodoxia financiera la que domina y gobierrna convencida que puede continuar en su proceso expansivo cuando las tasas de crecimiento se hacen históricamente débiles y seguirán así por un largo plazo. Y con niveles de desempleo altos y perniciosos que lastiman todo el tejido social. Ante este panorama los activos griegos y servicios públicos serán vendidos a precios de liquidación, destruyendo el futuro de varias generaciones de griegos y el tejido social de una nación entera. Y todo para mantener y reacomodar el esquema ponzi de la banca durante un par de años. Tiempo necesario para que los usureros y especuladores que han hecho una fortuna con la crisis logren protegerse sin importar que los trabajadores y contribuyentes sean condenados a la esclavitud de la deuda, o mejor, al neofeudalismo en que ha mutado el neoliberalismo de los 80.
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