Como era de esperar, esta crisis ha beneficiado a los más ricos y ha hundido a la clase media
Por Marco Antonio Moreno.
En el juego de póker en que se ha convertido la economía actual, las apuestas siguen subiendo. Pero no precisamente para la prosperidad del mundo, sino para su hundimiento. Hoy se apuesta a la quiebra de los países y se espera obtener con ello jugosos dividendos. Como certifica el último informe del Boston Consulting Group, el 40% del ingreso mundial, queda en manos del 1% más rico del planeta, algo que he advertido varias veces pero ahora lo dice una voz oficial. El clip de arriba muestra el incremento de la desigualdad para Estados Unidos en los ùltimos 30 años. Esto da cuenta de los enormes beneficios que el modelo económico y la actual la crisis ha generado para los más ricos, mientras el fuerte golpe para los más pobres y para el extermino de la clase media corre a raudales. Se dice que en el juego de póker, Usted debe detectar a los 5 minutos quien es el tonto. Y si no lo detecta, quiere decir que el tonto es Usted.
Europa ha sido el tonto de esta crisis al dejarse contagiar de toda la corrupción de los bancos estadounidenses. Bancos que creían realizar el “trabajo de Dios”, como afirmó Lloyd Blankfein, el CEO de Goldman Sachs. Los principales bancos estadounidenses, que no sólo son los dueños de la Fed, sino que de gran parte del mundo, son los grandes inventores de esta crisis y apropiaron los estigmas más perversos de la doctrina de Ronald Reagan, para hundir a la economía mundial. Como señala Paul Farrell, uno de los más lúcidos comentaristas de The Wall Street Journal, la ideología autodestructiva de Reagan amenaza con derribar varios siglos de capitalismo. Esto es lo que tiene al mundo viviendo el fuerte proceso de bifurcación social en el cual la clase media corre el peligro de ser exterminada.
Las abusivas prácticas de derroche provienen de larga data, como he presentado en este post para el caso de España, y en este para Estados Unidos. La burbuja inmobiliaria era ya una realidad en el caso español el año 2000, pero nadie hizo nada, pensando, ilusoriamente, que el mercado corregiría automáticamente los desequilibrios. El pretexto para no hacer nada era que todo el mundo estaba igual: viviendo una auténtica bacanal de consumismo basado en deuda, como sintetiza para el caso español el siguiente clip, simple fractal de lo que ocurría a nivel global como reseña este otro clip.
Y ahora que se descubre que todo ese consumo era falso, motivado por una idea de ingreso permanente y en constante aumento que nunca existió, la economía global choca con su dura realidad. Por algo Bradford DeLong define todo este proceso como el colapso intelectual de la Escuela de Chicago, en razón a que de ahí salieron las ideas de la desregulación de los mercados, de la reducción de los impuestos a los más ricos, y de la extinción del gasto público. Y es muy cierto: la desregulación de los mercados desató la crisis, la reducción de los impuestos la amplificó al acelerar la brecha entre ricos y pobres, y la extinción del gasto público está condenando a millones a la miseria. Este es el gran resultado de las políticas de los últimos 30 años, propugnadas por la Escuela de Chicago encabezada por Milton Friedman.
Tal fue el adocenamiento de esta ideología económica, que incluso el Banco Central Europeo descartó la idea de una crisis financiera. Para el modelo de los economistas de Chicago, las crisis eran un invento de los gobiernos, por tanto al sacar a los gobiernos de la actividad económica se acababan las crisis. Y esto lo sintetizó Ronald Reagan con su frase célebre: “los gobiernos quieren sacarnos de los problemas, pero resulta que los gobiernos son el problema”. Curiosamente, y como refleja esta gráfica de la deuda pública de Estados Unidos, fue con Ronald Reagan con quien se disparó la deuda pública de Estados Unidos (tras suyo, y como asesor económico, estaba Milton Friedman). Reagan recibió un gobierno con una deuda pública del 30% con respecto al PIB en 1981, y lo entregó con una deuda pública de 50% con respecto al PIB en 1989.
Ahora, en pleno 2011, el Banco Central Europeo se encuentra con algo que no tenía presupuestado: la madre de todas las crisis, algo que no figuraba en su historial y que ni siquiera fue pensado cuando se elaboró la moneda única dado que, de acuerdo al modelo monetarista, “las crisis no existen: son invenciones de los gobiernos y su efecto es transitorio”. Queda claro, entonces, por qué el BCE no sabe cómo enfrentar la crisis: es sólo un espejismo. Pero el grave problema es que cada intervención del BCE tiende a agravar la situación, al convertirse en el vertedero de toda la basura de los bancos privados.
Como señalé en el anterior post, todos los activos tóxicos de los bancos privados (hipotecas basura, préstamos dudosos, generación de créditos fantasmas), han ido a parar al BCE, quien ha transferido toda esa cloaca a dinero real, realizando la mayor operación de lavado de dinero de la historia y, curiosamente, con el beneplácito de los gobiernos. ¿Se entiende por qué huele todo tan mal? Está claro que el gran público no entiende nada de lo que ocurre.
¿Y qué es lo que ocurre? Pues simplemente que las apuestas que perdieron los grandes jugadores, han sido pagadas con los fondos públicos, haciendo que sea el ciudadano de a pié el responsable del gran derroche. En este gran juego de póker, lo que perdieron los tontos de los gobiernos y los tontos del BCE se lo están cargando al ciudadano. Esto es algo que confirma el informe del BCG, la crisis ha dado grandes beneficios a los más ricos, pero está hundiendo en la miseria a los más pobres, y está exterminando a la clase media del mundo.
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