"España sufre una crisis de enormes proporciones"
Por Marco Antonio Moreno.
Esta dura expresión es del ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo y refleja la dura situación de la economía española que no para de recibir malas noticias. Primero fue la rebaja en la calidad de la deuda realizada sin mayor trámite por Standard & Poors, y luego el dato del desempleo, que en los primeros tres meses del año ha arrojado a 365.900 personas a la calle, completando 5.639.500 de personas en el paro, una cifra inédita para la economía española.
Por eso la expresión de García-Margallo no tiene nada de extraño. La tasa de paro española es una de las peores del mundo y refleja el triste derrotero en que ha derivado su burbuja inmobiliaria, y que pese a tener más de un millón de viviendas sin vender, sus precios no han caído lo suficiente debido a la resistencia del sistema financiero a asumir las pérdidas. La persistencia del desempleo ha llevado a la tasa de impago también a un nivel inusualmente elevado: 8,16%, demostrando que la economía española vive un fuerte desangramiento.
España ha entrado en su segunda recesión en tres años y se encuentra nuevamente en el epicentro de la crisis de deuda de la zona euro. Los esfuerzos realizados para rescatar a los bancos que se sobreexpusieron a la burbuja inmobiliaria han resultado inútiles. Tras una década de entusiasmo y despilfarro, la burbuja que estalló en 2008 pulverizó miles de inversiones y convirtió en pesadilla el sueño de muchos españoles. Se teme que este hundimiento se siga profundizando, dado que los precios deben bajar todavía un 30% desde sus valores actuales. El descenso en el valor de la vivienda puede mantenerse por 20 a 24 meses, lo que hace huir a los inversionistas.
Esto tiene a la economía española viviendo un fuerte retroceso y la esperanza de que pueda cumplir los duros objetivos de déficit que se ha propuesto son bastante frágiles por la retroalimentación que genera una economía en declive. Además, los esfuerzos del gobierno por acortar el déficit al 5,3% van por el camino equivocado dado que muchos de estos recortes se están aplicando en sectores generadores de empleo, por lo que infligirán aún más retroceso.
Desempleo seguirá en alza otros dos años
A este vritmo se estima que el desempleo seguirá aumentando durante este año y el próximo, lo que puede provocar un colapso de proporciones si la UE no cambia sus objetivos de política. Nunca los planes de austeridad han resuelto las crisis financieras originadas por una burbuja de crédito y esta no será la excepción. Los planes de austeridad permiten ajustes leves cuando las desviaciones son menores, pero no cuando se trata de fuertes desequilibrios que ya han estallado y perforado su proceso de implosión. La combinación de austeridad y desapalancamiento es un cóctel mortal para la economía. Por eso España ha entrado en la espiral de la muerte.Este es el proceso en que se encuentra la economía española: un fuerte desapalancamiento que disminuye las inversiones incluso en las empresas sólidas por el incremento del desempleo. De ahí que Herman van Rompuy esté sugiriendo un cambio de política que de prioridad al empleo, tarea que debió abordarse hace mucho tiempo, como señalé en este post de hace justo un año: Líderes del mundo deben asumir que el desempleo es el problema central de la economía.
La miopía de quienes han minimizado el tema del empleo por ceñirse a la doctrina de la estabilidad de precios le está haciendo pasar un duro momento a Europa y, especialmente, a España. Los nuevos datos de empleo y el alza en el costo del endeudamiento no hacen más que señalar que España tiene crisis para largo si no se cambian los objetivos de déficit y endeudamiento público. El engaño ha sido poner el énfasis en la deuda pública cuando el problema real es la deuda privada. Cuando España tenía una deuda pública del 34% y Alemania y Francia superaban el 70%, nadie recriminaba a estos países su incumplimiento a las normas presupuestarias. Pero lo peor fue que nadie recriminara los abultados niveles de endeudamiento privado que superaban ampliamente el 200% del PIB en plena euforia de la burbuja inmobiliaria.
Ahora con una tasa de paro del 24,44% y con un desempleo juvenil del 52%, se hace más difícil evitar el derrotero de este Titanic en que se ha convertido la economía española, y cuyo hundimiento puede poner en peligro a toda la economía mundial. España es demasiado grande para caer, pero también es demasiado grande para ser rescatada, por eso que el hundimiento de España esté siendo visto con atención en todo el mundo dado que esta vez no es un banco como Lehman Brothers ni un país pequeño como Grecia el que sucumbe, sino que se trata de la cuarta economía europea. Y tras España, podría seguir muy rápido la caída de Italia y Francia.
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