El Futuro de EE.UU. 2012-2016
Fuente: GEAB N°60
Estados Unidos acabó el año 2011 en un estado de debilidad que no tiene equivalente desde la Guerra de Secesión. Ellos no ejercen ningún liderazgo significativo al nivel internacional. La confrontación entre bloques geopolíticos se agudiza enfrentando a casi todos los grandes actores del mundo: China, Rusia, Brasil (y más generalmente a casi toda América del Sur) y en ahora a Eurolandia. Paralelamente, ellos no logran dominar el desempleo cuya tasa real se estanca alrededor del 20% en el contexto de una reducción persistente y sin precedentes de la población activa (que ya cayó al nivel de 2001).
Los bienes inmuebles, fundamento de la riqueza de las familias estadounidenses juntamente con el mercado bursátil, continúan viendo a sus precios caer el año tras año a pesar de las tentativas desesperadas de la FED de facilitar los préstamos a la economía vía su tasa cero. La Bolsa reemprendió su caída interrumpida artificialmente por los dos Quantitative Easing de 2009 y 2010. Los bancos estadounidenses, cuyos balances están más cargados de productos financieros derivados que sus homólogos europeos, se acercan peligrosamente a una nueva serie de quiebras en el que MF Global es un precursor, que demuestra la inexistencia de procedimientos de control o de alerta a tres años del colapso de Wall Street en 2008.
La pobreza se extiende un poco más cada día en el país donde un estadounidense de cada seis ya depende de los bonos de alimentación y un niño de cada cinco experimenta episodios de vida en la calle. Los servicios públicos (educación, social, policía, recolección de basura,…) han sido reducidos considerablemente en todo el país para evitar las quiebras de ciudades, condados o Estados. El éxito de la rebelión de las clases medias y de los jóvenes (TP y OWS) se explica por esta situación objetiva. Los próximos años agravaran estas tendencias.
El estado de debilidad de la economía y de la sociedad estadounidense en 2011 es, paradójicamente, el resultado de las tentativas de « salvamento » realizados en 2009/2010 (planes de estimulo, QE,…) y de la degradación de una situación « normal » pre 2008. 2012 será el primer año de degradación a partir de una situación ya muy deteriorada.
Sín colchón monetario
Las PYMEs, los hogares, las administraciones locales, los servicios públicos,… ya no tienen «colchón» para atenuar la conmoción de la recesión en la cual nuevamente cayó el país. Anticipamos que el año 2012 iba a experimentar una desvalorización del 30% del USD con relación a las principales divisas mundiales. En esta economía que importa lo esencial de sus bienes de consumo, esto se traducirá en una baja casi equivalente del poder adquisitivo de los hogares estadounidenses enmarcado en una inflación de dos cifras.
El TP y el OWS tienen un buen futuro por delante porque la cólera de 2011 se transformará en la rabia de 2012/2013. Y según el LEAP/E2020, nada es menos seguro que la capacidad de un general en uniforme para controlar tanta rabia. Puesto que el gran desafío financiero de 2012 (que explica el por qué del aumento de los ataques a Eurolandia y su intensificación a partir de fines del verano boreal de 2011) es sencillamente el financiamiento del inmenso « agujero negro » de los déficits estadounidenses.
Dólar vs. el Euro
En el GEAB N° 61, SE HACE un análisis más preciso sobre el hecho de que en EL 2012 se producirá un cambio de dirección catastrófico para el mercado de los T-Bonds; pero lo que recordamos aquí ya lo publica el OCDE: en 2012, ya no habrá bastante dinero disponible para financiar los déficits occidentales. Es una anticipación que hicimos a partir de 2009, estimando por primera vez lo que llamamos la desaparición de los «activos-fantasmas» que esta crisis transforma en humo, conmoción tras conmoción. La OCDE nos confirma este pronóstico y esto explica la guerra cada vez más abierta que dirigen el Reino Unido y Estados Unidos para intentar apropiarse los recursos financieros restantes, particularmente en detrimento de Eurolandia, única con una poder atractivo mayor.
Así, por poner un ejemplo elocuente: cuando el Pentágono considera difícil una eventual reducción del 5% de su presupuesto, se equivoca totalmente en la magnitud de los cortes presupuestarios. Entre el bloqueo institucional y sobre todo la crisis económica y financiera de 2012, se debería trabajar sobre la base de una disminución del 50% de su presupuesto. «¡Imposible!», dicen los oficiales y expertos militares. De hecho, debería decir «¡impensable!» lo que decididamente no es lo mismo. Que les pregunten a los de Lehman Brothers, AIG y a los grandes operadores de Wall Street si creían «posible» en el año 2007 un colapso generalizado de su plaza financiera un año más tarde. Que les pregunten a los generales soviéticos de 1987, si creían «posible» que la URSS habría de desaparecer cuatro años más tarde y que su presupuesto casi llegaría a cero. En una crisis histórica, «imposible» refiere por lo general a lo «impensable»… hasta que de pronto la realidad impone sus decisiones sin tener en cuenta las opiniones de los interesados.
Por otra parte los bancos estadounidenses afrontarán en 2012 una nueva hecatombe. Como lo indicáramos en GEAB N° 58, entre el 10% y el 20% van a quebrar a semejanza de sus homólogos europeas y japonesas. Son los productos derivados que pueblan sus balances los que van a arrastrarlos, consecuencia directa de la crisis de las deudas europeas y contra golpe inmediato de la conmoción que afectará primero a la City, último baluarte de Wall Street.
La hiperinflación es una posibilidad muy realista para el 2013 en Estados Unidos, en un contexto en que el gobierno federal (y los gobiernos locales) están sin medios de acción y el sistema bancario asfixiado por la suba repentina de todas las deudas nacionales impagas (deuda de los hogares, comunidades,…) y externa (deuda soberana).
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