El diferente 'calendario' de Trichet y Bernanke da ventaja al euro
El BCE y la Fed viven en el mismo tiempo, pero no en la misma realidad. La inflación preocupa al primero; el débil crecimiento inquieta al segundo. Y esa disparidad impulsa a la 'moneda única'.
El mercado de divisas resulta imprevisible. Para muchos especialistas, es el más enigmático de todos cuantos conforman el universo financiero. Pero ese halo misterioso que le envuelve no impide la existencia de reglas que permiten identificar y explicar sus principales tendencias.
Una de ellas alude a los tipos de interés; más en concreto, a las diferencias que pueden existir entre los intereses de distintos países, algo que redunda en el valor de sus respectivas monedas. ¿De qué modo? La experta en divisas Kathy Lien lo explica con sencillez: "La teoría de los diferenciales de tipos de interés señala que los movimientos en los tipos de cambio están determinados por el nivel de los tipos de interés de una nación. Las monedas de los países que tienen tipos altos deberían apreciarse, mientras que lo contrario ocurriría con los países con bajos intereses".
Esta realidad es la que está marcando la pauta en estos momentos en el cuerpo a cuerpo entre el euro y el dólar estadounidense, un duelo desequilibrado por las diferentes políticas monetarias de sus respectivos bancos centrales. Mientras el Banco Central Europeo (BCE), bajo la presidencia de Jean-Claude Trichet, ya ha elevado los tipos de interés del 1 al 1,25 por ciento, la Reserva Federal (Fed) estadounidense, capitaneada por Ben Bernanke, ni siquiera se ha planteado tocarlos, con lo que permanecen entre el 0 y el 0,25 por ciento desde diciembre de 2008.
Sus calendarios, por tanto, no están sincronizados. Y como el del BCE está más adelantado, es el euro el que muestra más poderío. Esta semana, de hecho, ha llegado a escalar hasta los 1,488 dólares, su cambio más alto contra el billete verde desde diciembre de 2009. Para los expertos, esta realidad seguirá dominando a corto plazo. De un lado, la expansiva política monetaria de la Fed continuará apadrinando un dólar débil; y de otro, las prisas del BCE alentarán un euro fuerte.
¿Euro fuerte? No, dólar débil
Esta semana, Bernanke reiteró que los tipos aún continuarán en el nivel actual "durante un largo periodo de tiempo". También confesó que pasarán "un par de reuniones" antes de que la Fed pueda adoptar algún cambio de estrategia. Esta realidad contrasta con la del BCE, que el próximo jueves podría preparar el camino para volver a subir el precio del dinero en junio, hasta el 1,5 por ciento. Si actúa así, aportaría combustible adicional al empuje del euro. "Nosotros esperamos que oscile a corto plazo entre los 1,46 y los 1,50 dólares", apunta José Luis Martínez, estratega en España de Citi.En este sentido, los analistas introducen un matiz crucial: ¿es el euro el que está fuerte o es el dólar el que está débil? "No es fortaleza del euro, sino debilidad del dólar", sentencia Miguel Paz, de Unicorp Patrimonio, que menciona una fuerte resistencia para el euro entre los 1,50 y los 1,55 dólares. ¿Qué diferencia hay entre poner el acento en el vigor del euro o la fragilidad del dólar? Mucha, porque cargar el protagonismo en el billete verde implica que es la Fed la que más influencia ejerce sobre las divisas, una realidad que queda demostrada en el hecho de que la moneda norteamericana se deprecia en 2011 contra el resto de las principales divisas del mundo a excepción del yen.
Precisamente por esta realidad y por la diferencia entre los calendarios de la Fed y el resto de los bancos centrales, Steen Jakobsen, economista jefe de Saxo Bank, vaticina un complicado futuro para el dólar. "La combinación de un periodo prolongado de tipos de interés bajos en EEUU, con las incipientes subidas de los mismos en Asia y Europa crea una coyuntura que en última instancia podría desembocar en una crisis del dólar", advierte. Y añade: "Podríamos ver un nivel de 1,60 dólares o incluso 1,70".
Camino de vuelta
La clave, en definitiva, reside en la Fed. Cuanto más tarde en retirar los estímulos, bien mediante una reducción de su balance, bien anticipando una subida de los tipos, más bajará el billete verde. "El test real para el dólar, para su debilidad actual, pasa por un giro de la política de la Fed. Ya el final del QE2 -estímulo cuantitativo por el que inyectará 600.000 millones de dólares en la economía- en junio puede marcar un techo. Pero la recuperación de la moneda norteamericana depende de un cambio de perspectivas para los tipos", sostiene José Luis Martínez.Tal como confesó Bernanke el pasado miércoles, como pronto eso ocurrirá en la reunión de septiembre. Hasta entonces, el calendario del BCE, y el euro con él, caminará por delante.
FUENTE : El Economista.es
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