A toda velocidad al nuevo desplome global
Los errores se siguen produciendo e incluso se siguen celebrando por quienes no sólo ignoran que hace ochenta años se vivió una gran depresión económica, sino que además ignoran sus brutales consecuencias. Y pese a que toda una corriente señaló que era imposible que eso volviera a ocurrir, estamos nuevamente arriba del cráter, viviendo la realidad que más acomoda a los mercados, la del caos y la volatilidad.
Este sube y baja de las bolsas sacude las emociones anunciando en la marquesina El Retorno del Miedo: Desplome Global II, mientras las autoridades, concertadamente, programan el desastre. Pues sólo eso puede esperarse de los recortes salariales y los drásticos ajustes que impone el BCE y el FMI. Por eso los consensos generalizados de que la recuperación estaba en marcha se han batido en retirada. No hay recuperación. Como lo señalé hace un mes: no era la luz al final del túnel: es un tren que se aproxima.
La economía global está en mal pie porque se metió en un pozo del cual no puede salir y al que la clase dirigente no se atreve a enfrentar. La actitud irresponsable ha sido en todas las latitudes, desde gobiernos a empresarios pasando por los “economistas” que crearon el problema, y esos otros que lo negaron. Quizá pensaron que la crisis podría ser similar a la de 1987, que sacudió un par de semanas a los mercados para luego batirse en retirada; o tal vez que sería como la crisis asiática de 1997, que provocó un remezón mayor, pero sin alcanzar a tocar la fibra de los países industrializados.
Lo que no se entiende es que la crisis iniciada el año 2007 no forma parte de un ciclo natural sino que aquí concurren todos los factores que hacen de esta crisis un evento en gran escala. Nunca han sido tan grandes los desequilibrios de Alemania, India, China o Estados Unidos. Y nunca ha habido un endeudamiento tan profundo e irreflexivo como el que hoy somete a Estados Unidos, Japón, el Reino Unido y los países de la zona euro. Nunca los responsables de mantener la estabilidad de las divisas fueron tan burdamente ridiculizados. Siempre pensaron que era suficiente una gran cantidad de helicópteros para inyectar miles de millones de dólares al sistema en caso de ser necesario. Quizá si efetivamente se hubieran distribuido entre la gente, otra sería la historia. Pero no: se le entregaron a los bancos. Y ese fue el error fatal.
Con las tasas de interés bajas que la Fed y muchos otros bancos centrales mantienen en el 0,25%, los grandes bancos de Estados Unidos como Goldman Sachs y JP Morgan, pueden pedirle miles de millones de dólares a la Fed, para destinarlos a comprar bonos del Tesoro de Estados Unidos. Como la tasa de los bonos genera un interés del 3%, saque cuentas: pagan el 0,25% de interés y reciben el 3%, lo que significa una ganancia de 12 veces, o un 33% de beneficio neto dado el nivel de los montos involucrados. Y lo peor de todo es que falta dinero para pagar esos intereses.
La economía se encuentra en una situación de gran vulnerabilidad y se sabe que cualquier movimiento en falso puede desatar una reacción en cadena mundial. Esto está a punto de producirse, y ahora la recaída no tendrá ningún tipo de auxilio.
AUTOR : Marco Antonio Moreno
FUENTE : EL BLOG SALMON
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