Sí, el escándalo del Libor te afecta




Por Jack Hough



Un  "ligre" es un cruce entre un león y una tigresa. El Libor, por otra parte, es una aproximación diaria de lo que los bancos se cobran unos a otros por los préstamos.
Resulta que solo una de estas cosas es real. De un modo engorroso, no es la que es utilizada para fijar precios en unos 800 billones (millones de millones) de dólares en instrumentos financieros globales, o sea 116.000 dólares por cada persona del mundo, yendo desde complejos derivativos a préstamos para estudiantes. Es un problema para dueños de valores bancario, lo que incluye casi a cualquiera que posea un fondo mutuo o un 401 (k) [plan de ahorro de impuesto diferido que sirve como un fondo de retiro personal para los empleados].
Barclays (BCS) aceptó la semana pasada pagar 453 millones de dólares para resolver las acusaciones de que manipuló el Libor, que significa tasa interbancaria ofrecida de Londres. Como informó el jueves The Wall Street Journal probablemente solo es el primero: Más de una docena de bancos en tres continentes están siendo investigados.

El Libor se compila consultando a 18 bancos lo que piensan que tendrían que pagar si necesitaran dinero. Algunos bancos pueden haber entregado respuestas artificialmente bajas durante la crisis financiera global para dar la apariencia de alta capacidad crediticia. Otros pueden haber manipulado la cifra para beneficiarse de negocios o evitar pérdidas.
El acuerdo de Barclays es asequible, a menos de un 7% de los beneficios proyectados de la compañía para este año, pero cuesta imaginar el tamaño de las demandas que enfrenta junto a otros bancos. Por cierto, abogados litigantes harán lo posible por establecer las sumas. El Libor puede haber sido objeto de manipulaciones durante más de cinco años.
En las transacciones del jueves, el Bank of America (BAC) perdió un 3% de su valor bursátil y JP Morgan (JPM) más de un 4%. Los inversionistas están preocupados por más posibles demandas legales.
La crisis financiera, con sus quiebras de bancos y rescates con dineros públicos, condujo a intentos de regulación para controlar actividades riesgosas de los bancos, incluso a costa de beneficios. JP Morgan ahora está analizando una cuantiosa pérdida comercial –los cálculos varían entre 4.000 y 9.000 millones de dólares– lo que ha provocado llamados a efectuar reformas aún más estrictas.
Hay que imaginar el sentimiento del público si la próxima vuelta de pérdidas proviene no de negocios deshonestos que han fracasado, sino de la deshonestidad generalizada que ha logrado en gran parte el efecto deseado.
Las acciones bancarias ya se ven con un descuento para compensar algunos de sus defectos. El sector bancario del índice de 500 de Standard & Poor’s se vende a 12 veces su beneficio proyectado para este año, en comparación con 13 veces del índice más amplio. El problema es que los bancos se han complicado tanto que confiarse en esos cálculos requiere una profunda fe.
Consideremos: La mayoría de los analistas han reducido recientemente sus cálculos de beneficios de los bancos no debido al escándalo del Libor, sino más bien debido a la debilidad de las tendencias de los bancos de inversión. Pero el jueves los analistas de Wells Fargo aumentaron sus cálculos para varios grandes bancos. ¿Por qué? Porque Moody redujo sus calificaciones crediticias. Calificaciones más bajas de bonos significan precios más bajos de bonos, lo que a su vez significa que los bancos registrarán beneficios contables récord por el coste hipotético inferior de la recompra de su deuda contraída.
Después de todo los financieros, que representan un 14% de los 500 de S&P, han tenido un buen año. Antes del jueves, los que están en el S&P 500 habían aumentado un 14% hasta la fecha, en comparación con un 9% para el índice general. Los inversionistas deberían considerar una reducción a esos valores hasta que se sepa más sobre las posibles obligaciones relacionadas con Libor.
Para los banqueros centrales, la manipulación de las tasas podrá ser parte de su misión. Para los banqueros de Wall Street, es la señal más clara hasta ahora de que la industria no lo es.


FUENTE  :   Smart Money/ICH

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