¿Debería desaparecer Goldman Sachs?




Por El Economista.es


Goldman Sachs, el que fuera niño mimado de la industria financiera y el banco de inversión por excelencia, sufre las consecuencias de su éxito. A nivel popular, su reputación ha sido puesta en entredicho desde el azote de la crisis financiera de 2008, sin embargo, ahora son los propios inversores los que ponen en entredicho la viabilidad del banco.
Al fin y al cabo, en el último año, el valor de las acciones de Goldman ha caído alrededor de un 30%. Sus acciones se negocian solo 0,7 veces el valor de sus libros, algo que hace pensar que quizás la entidad no pueda llegar a ganar lo suficiente para cubrir sus costes de capital o que, quizás, sus activos están sobrestimados o sus pasivos subestimados.
Así lo considera Bethany McLean, columnista de la agencia Reuters. Según sus cálculos, Goldman cuenta con cerca de 300.000 millones de dólares en efectivo en su balance y unas deudas a corto y largo plazo por valor de 220.000 millones de dólares. Su capitalización bursátil ronda los 50.000 millones de dólares por lo que, podría decirse, que el mercado da a Goldman "poca credibilidad" sobre su rentabilidad y las oportunidades de negocio a medio plazo, considera McLean.
Según la columnista, Goldman no es el único banco en estas condiciones a este lado del Atlántico. Los inversores ponen también en duda si Bank of America o Citigroup son capaces de cubrir su coste de capital a través de sus ingresos. De hecho, Philip Purcell, ex presidente ejecutivo de Morgan Stanley y el arquitecto de la megafusión entre Morgan Stanley y Dean Witter, aseguró en un editorial publicado por The Wall Street Journal que los accionistas obtendrían un mayor rendimiento si los grandes bancos se trocearan.

Para McLean el problema de Goldman Sachs no está provocado por un fallo en la gestión sino porque la cultura de la entidad está basada en beneficiar a sus empleados, en lugar de sus accionistas. En los últimos años, explica la periodista, muchos de los primeros se han enriquecido, mientras que muchos inversores han perdido un montón de dinero. Desde este punto de vista, no importa lo que Goldman gane porque, en última instancia, sus beneficios se transfieren a la gestión, no a los accionistas.
Por otro lado, el secretismo que siempre ha rodeado a la entidad "ya no es aceptado" entre sus inversores. No hay que olividar que las investigaciones del Departamento de Justicia y demás puntos negros sobre el comportamiento de Goldman durante la crisis, ha pasado factura sobre el precio de sus acciones.
A día de hoy, algunos analistas indican que, dadas las circunstancias, con la incertidumbre por bandera en los mercados mundiales, Goldman ha dejado de arriesgar de la misma forma en que lo hizo en el pasado. Su plantilla se ha reducido un 8% en el último año y la compañía ha recortado costes de forma agresiva.
De momento, parece que el mercado rechaza la idea de liquidar la entidad liderada por Lloyd Blankfein pero Goldman admite que, hasta que logre encontrar su próxima gallina de los huevos de oro, los inversores deben ser pacientes, "y la paciencia es una cualidad de la que los inversores modernos carecen", indicó McLean.

Comentarios

Entradas populares