Se agota el tiempo y los bancos siguen siendo el gran problema
Por Marco Antonio Moreno
A medida que la crisis avanza a ambos lados del Atlántico y que los bancos comienzan a ser degradados por las agencias de calificación, se agota el tiempo para hacer frente a las debilidades del sistema financiero global. El excesivo apalancamiento de los bancos europeos en su clásica versión del esquema ponzi, los enfrenta a una exposición a la deuda por más de 300.000 millones de euros.
Pese a que el Banco Mundial considera improbable que las grandes economías sufran una nueva recesión, los mercados señalan otra cosa y anticipan la inminencia de una próxima recaída. La crisis de la deuda ha aumentado la exposición al riesgo y los bancos europeos deben recapitalizarse para soportar las posibles pérdidas en montos nada despreciables. Si bien la actual situación recuerda plenamente el período previo a la quiebra de Lehman Brothers, esta vez la diferencia la marca el hecho de que los gobiernos no podrán salir al rescate de ningún banco como lo hizo en 2008.
Hasta el momento el sistema bancario ha funcionado por el masivo apoyo del BCE. Pero hasta este apoyo tiene sus límites y el BCE se ha excedido al actuar como prestamista de último recurso. La lenta agonía del sistema financiero está marcada por el dramático incremento de su vulnerabilidad, y por el imperativo de que los bancos que aún se mantienen en pié, deberán absorber a los bancos que ya se han ido a pique. El riesgo de que el “banco malo” (en este caso, Societé Générale, cuya acción ha bajado de 50 a 14 euros, como nos reseña Marc Garrigasait) arrastre también a la bancarrota al “banco bueno” (al más conservador BNP Paribas) es lo que tiene a los mercados viviendo jornadas de intenso pánico, como anticipamos en Bancos franceses pierden la mitad de su valor en tres meses.
Corridas contra el euro
Esto es porque a tres años de la quiebra de Lehman, todo sigue exactamente igual y el sistema financiero ha continuado con sus vicios. De esta forma, una crisis que: i) nace con los excesos y abusos de la banca; ii) socava la totalidad de las finanzas públicas y; iii) provoca la crisis de la deuda soberana; iv) vuelve ahora, como un búmerang, al corazón de la banca europea amenazando no sólo la salud fiscal sino que agotando las últimas reservas de confianza de los inversionistas. Por ello no debe extrañar la corrida contra el euro que muchas empresas realizan sacando sus fondos de los bancos para depositarlos directamente en el BCE.La situación por la que atraviesan los bancos franceses está arrastrando a Europa a una nueva crisis financiera cuyo impacto desestabilizará significativamente la economía global. Todas las transacciones spot de la banca francesa, via forwards o swaps, se han detenido, dado que esta banca es la que se encuentra en peor pie, con los 57.000 millones de euros que tiene en deuda griega. Esto ha significado no sólo el castigo de Moody’s y Fitch, sino también el de los principales fondos del mundo que han reducido drásticamente sus depósitos a la misma velocidad en que los entes públicos han dejado de otorgarle créditos a corto plazo.
Las agencias de calificación han bajado el ratings de los bancos galos a “BB”, nota que no es compatible con la de un banco europeo sino con la de un país bananero. Las acciones de la banca gala han perdido más del 50% de su valor y el riesgo a una corrida masiva es cada vez mayor.
A medida que el tiempo se agota y las medidas para estabilizar el sistema no dan resultados, las instituciones financieras deberán someterse a un duro proceso de desapalancamiento que revierta la oscuridad de sus balances. Esta opción, puede arrastrar al sistema financiero a una crisis bancaria de gran calibre, con el problema de que los gobiernos no están en condiciones de aplicar ningún plan de rescate. Además, con la desconfianza generada entre los inversionistas, los gobiernos tampoco tienen margen para pedir prestado o emitir bonos en gran escala. Una nueva acción de esta naturaleza sería intolerable para la opinión pública, que ha manifestado su indignación ante los desmedidos rescates a una banca irresponsable que ha sacrificado el Estado de Bienestar y la pérdida en la calidad de vida de ésta y las próximas generaciones.
Comentarios
Publicar un comentario