Joseph Stiglitz: se radicaliza la desigualdad en el mundo
Por mucho tiempo Estados Unidos se enorgulleció de ser una sociedad justa, donde cada uno tenía las mismas oportunidades de salir adelante. Hoy las estadísticas dicen todo lo contrario: el 1 por ciento de la población se queda con el 25 por ciento del ingreso, mientras los desempleados llegan al 20 por ciento. Estados Unidos es un espejo de lo que ocurre en el mundo. Un modelo creado a toda escala que hoy tiene al mundo convulsionado, y al borde del caos y el quiebre global. Aunque la prensa ha intentado orientar la información hacia la caída de Portugal y los conflictos de Libia, Estados Unidos está en el epicentro de la crisis dado que nuevamente se ha destapado su quiebra inminente, que llegará mucho antes de lo previsto. Por eso interesa la visión de Stiglitz, uno de los pocos que se atreve a denunciar la malversación financiera de los últimos 30 años, patrocinada por las ideas del libre mercado y la desregulación financiera de Milton Friedman, sin duda el economista más corrupto de la historia y que prontó será llevado al lugar que se merece en el infierno. Todos los fracasos económicos de los últimos años tienen su origen en las ideas de este demagogo, el padre del neoliberalismo, que murió antes de ver cómo la ideología que tan bien vendió a Margareth Thatcher y Ronald Reagan hundía al mundo entero.
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