Paul Krugman: "España se enfrenta a años de dolorosa y demoledora deflación"
El premio Nobel de Economía, Paul Krugman realiza en el New York Times un ejercicio de conciencia donde repasa el actual problema de deuda soberana en Europa. Según su punto de vista, el Viejo Continente "está en una profunda crisis porque su elemento de orgullo, el euro, está en peligro", reconoce.
Bajo estas circunstancias, el economista señala que la moneda única se ha convertido en una trampa mientras señala como el tigre celta, en referencia a Irlanda, pelea por evitar la bancarrota o nuestro país define un futuro poco optimista.
"España, una economía en ebullición hasta hace unos años, cuenta ahora con más de un 20 por ciento de desempleo y se enfrenta a años de dolorosa y demoledora deflación", apunta. Del cúmulo de estos problemas, Krugman señala con el dedo a los arquitectos del Euro "románticos envueltos en su propio proyecto que ignoraron las predicibles dificultades de una moneda única". El premio Nobel explica que las consecuencias de esta "tragedia" no sólo afectan al continente en sí sino a todo el mundo, ya que su ejemplo como modelo de "paz y unificiación se ha convertido en una pesadilla para demasiada gente".
El autor del libro "El Retorno de la Economía de la Depresión y la Crisis de 2008" baraja varios escenarios sobre cómo podría acabar la situación en Europa. Entre ellos el que ya ha esbozado el Consejo Europeo, donde según Krugman la canciller alemana Angela Merkel, ha conseguido todo lo que ha querido. Grecia, Irlanda, Portugal y España deberán emular a Letonia y Estonia, es decir, además de someterse a medidas fiscales severas recibirán préstamos del resto de la UE con unos intereses diabólicos, en el caso irlandés del 6 por ciento.
Esta devaluación interna por la que deben optar países como Grecia, Irlanda, Portugal o España "incrementará la tasa de paro", como ya estamos viendo en estos momentos en el caso español. Por otro lado, Krugman plantea la posibilidad de una reestructuración de deuda de países como Irlanda o Grecia, algo que muchos inversores ya tienen más que asumido. Sin embargo si esto pasase en otros países como Bélgica o Italia, "el impacto sería masivo".
FUENTE : EL ECONOMISTA.ES
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