Obama se vuelve republicano: revisará las leyes buscando excesos de regulación
El presidente de EEUU, Barack Obama, ha dado un giro importante en su retórica y trata de tender puentes hacia la América corporativa. Para ello, nada mejor que un artículo de opinión en el diario financiero y republicano por excelencia, The Wall Street Journal, en el que promete reducir la regulación.
El giro comienza con una defensa del libre mercado. "Durante dos siglos, el libre mercado americano no ha sido sólo la fuente de ideas deslumbrantes y productos, ha sido también la fuerza más grande para la prosperidad que el mundo ha conocido nunca".
En el artículo, títulado Hacia un sistema regulatorio del siglo XXI, Obama dice que va a emitir una orden ejecutiva para iniciar una revisión que "haga segura que evitemos regulaciones redundantes, inconsistentes y excesivas", normas que "ahogan la creación de empleos y hacen nuestra economía menos competitiva".
Por eso, el presidente de EEUU sugiere que las futuras regulaciones deben hacer su trabajo y al mismo tiempo "promover el crecimiento económico".
Este movimiento, según interpreta el diario propiedad del magnate Rupert Murdoch, es el último esfuerzo de la Casa Blanca para reparar sus lazos con la América corporativa, con la esperanza de que repunte la inversión de las grandes multinacionales (que tienen una enorme liquidez) y reducir así el desempleo.
Los líderes empresariales han acusado a la explosión de nuevas regulaciones que han surgido de la reforma sanitaria y la reforma financiera (dos de los principales punto del programa demócrata y de Obama) así como a la lenta recuperación de la economía de sus reticencias a la hora de invertir y contratar. Ahora mismo, las grandes compañías tienen alrededor de 2 billones de dólares en efectivo y activos líquidos.
Eso sí, Obama ha defendido los esfuerzos de su administración para alcanzar "el balance adecuado" entre proteger el interés público y no interferir con el crecimiento económico.
Aún así, reconoce que el Gobierno a veces ha fallado en cumplir con su "responsabilidad básica de proteger el interés público", como en el caso de la crisis financiera. También ha reconocido el coste de la regulación y que a veces "las normas han impuesto cargas poco razonables en los negocios, cargas que han agoado la innovación" y han afectado al crecimiento y a la creación de empleo.
FUENTE : EL ECONOMISTA.ES
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