Obamacare: se acerca la tormenta política
Hasta la derrota electoral de los demócratas en Masachusets, Barack Obama parecía tener todas las bazas para acometer la reforma sanitaria. No obstante, después de haber puesto demasiadas cartas sobre la mesa, el presidente estadounidense acudirá con las espaldas bien cubiertas al debate sobre la reforma sanitaria, que será televisado el jueves.
Obama tomó las riendas de la situación ayer lunes presentando lo que un portavoz denominó una “oferta inicial” para sellar un acuerdo. Aunque la estrategia del “todo o nada” hizo fracasar la propuesta de Hillary Clinton hace 15 años, esta administración cuenta con su propia propuesta legislativa.
Los republicanos son conscientes de que Obama podría sacar adelante el proyecto de ley del Senado prometiendo a los demócratas de la Cámara de Representantes su posterior enmienda, para la que sólo sería necesaria una mayoría simple en el Senado. La iniciativa de la Administración Obama también facilita más dinero público para que los diferentes Estados puedan hacer frente a los gastos médicos de las personas sin recursos económicos y eleva las ayudas para las necesidades farmacéuticas de la tercera edad.
El único elemento nuevo del plan, no exento de polémica, es la creación de un organismo que controle las primas de los seguros. La semana pasada, el presidente arremetió contra la intención de la aseguradora Wellpoint de aumentar las primas en un 39% a algunos de sus clientes de California. Para los republicanos, resultaría arriesgado oponerse a una propuesta tan populista, aunque la indignación de Obama carezca de sinceridad. La aseguradora ya ha justificado su iniciativa en una carta enviada a la Casa Blanca.
La actual legislación no contempla la prevención de estas medidas e ignora la mayor parte de los factores que encarecen tanto los costes sanitarios. Pero la tormenta que se avecina no es de carácter económico, sino político. La posición de Obama es sólida, aunque no tanto como para poder externalizar el Obamacare a los aliados del Congreso. Ahora que el presidente ha lanzado su apuesta, los republicanos tendrán que jugar sus bazas con suma cautela.
AUTOR : LEX COLUMN
FUENTE : FINANCIAL TIMES
Obama tomó las riendas de la situación ayer lunes presentando lo que un portavoz denominó una “oferta inicial” para sellar un acuerdo. Aunque la estrategia del “todo o nada” hizo fracasar la propuesta de Hillary Clinton hace 15 años, esta administración cuenta con su propia propuesta legislativa.
Los republicanos son conscientes de que Obama podría sacar adelante el proyecto de ley del Senado prometiendo a los demócratas de la Cámara de Representantes su posterior enmienda, para la que sólo sería necesaria una mayoría simple en el Senado. La iniciativa de la Administración Obama también facilita más dinero público para que los diferentes Estados puedan hacer frente a los gastos médicos de las personas sin recursos económicos y eleva las ayudas para las necesidades farmacéuticas de la tercera edad.
El único elemento nuevo del plan, no exento de polémica, es la creación de un organismo que controle las primas de los seguros. La semana pasada, el presidente arremetió contra la intención de la aseguradora Wellpoint de aumentar las primas en un 39% a algunos de sus clientes de California. Para los republicanos, resultaría arriesgado oponerse a una propuesta tan populista, aunque la indignación de Obama carezca de sinceridad. La aseguradora ya ha justificado su iniciativa en una carta enviada a la Casa Blanca.
La actual legislación no contempla la prevención de estas medidas e ignora la mayor parte de los factores que encarecen tanto los costes sanitarios. Pero la tormenta que se avecina no es de carácter económico, sino político. La posición de Obama es sólida, aunque no tanto como para poder externalizar el Obamacare a los aliados del Congreso. Ahora que el presidente ha lanzado su apuesta, los republicanos tendrán que jugar sus bazas con suma cautela.
AUTOR : LEX COLUMN
FUENTE : FINANCIAL TIMES
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