Multiplicadores fiscales: la transformación discursiva del FMI
Por Oscar Ugarteche, Ariel
Noyola Rodríguez
A raíz de la crisis de 2008, el Fondo Monetario Internacional
(FMI) sufre de una nueva crisis de credibilidad. Su misión es mantener
la estabilidad de la economía mundial para que no se repitiera una
crisis como la del 29.[1] ¿Qué
estaban mirando cuando reventó la crisis? La crisis iniciada en agosto
del 2007 recién fue analizada en enero del 2009. El problema subyace en
el diagnóstico equivocado de Estados Unidos en su informe del Artículo
IV del 2007.
A partir de la segunda mitad de los setenta, el FMI ha actuado
más como el ‘brazo armado’ del Departamento del Tesoro estadounidense y
cobrador judicial y menos como un fondo multilateral de ayuda a la
estabilización monetaria. La crisis de la deuda en América Latina (AL)
en la década de los ochenta y la crisis asiática de 1997-98 pusieron al
descubierto su articulación acorde con los intereses del complejo
financiero bancario con base en Wall Street y la City.[2]
Los dirigentes de seis de los siete países deudores más grandes
del mundo (Japón, Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Italia y
Francia) y los doce países acreedores mayores (China, India, Rusia,
Brasil, México, Turquía, Arabia Saudita entre los más significativos)
reunidos en el G20 en Londres en marzo del 2009, triplicaron la
capacidad de préstamos del FMI de 250,000 millones de dólares (mdd) a
750,000 mdd en la reunión del G20 de Londres en abril del 2009.[3]
Como sabemos, el estallido de la burbuja financiera en el mercado de hipotecas de mala calidad [subprime]
de Estados Unidos provocó impactos desiguales en el “mundo” según el
grado de exposición de los sistemas bancarios nacionales a los activos
tóxicos. El “mundo” se define como los países desarrollados. Sin
embargo, tras los rescates financieros con fondos públicos siguió la
austeridad fiscal en Europa vía reducción salarial y del gasto público,
consolidándose la hipótesis de que el objeto de las políticas de ajuste
es la concentración del ingreso. Las consecuencias son: 1) contracción
del mercado interno, 2) baja de las perspectivas de recuperación y 3)
aumento del riesgo y la deuda.
Blanchard y Leigh del FMI, reconocen en Growth Forecast Errors and Fiscal Multipliers[4], que la
institución subestimó los impactos de la austeridadfiscal sobre el
crecimiento económico y el empleo. Durante décadas se estimó que el
tamaño del multiplicador fiscal era entre 0.40 y 0.50. Si se reducía el
gasto público en 1 euro, se reducía el PIB en 0.50 céntimos de euro.
Ahora encuentran que su magnitud oscila entre 1.50 y 1.90. Es decir, que
por cada euro no gastado, el PIB se contrae entre un euro y medio, y
dos euros.
Se ha demostrado además que en periodos de caídas severas de la
actividad económica, el multiplicador opera a la inversa y es mayor aún.
Por cada euro ahorrado en el presupuesto público, el PIB se contrae
tres euros porque cobran menos euros en nuevos impuestos, lo que contrae
el PIB.[5] Cualquier keynesiano hubiera predicho esto.
La interrogante es porqué el FMI hace público algo tan subversivo
ahora. Una hipótesis es que mientras fuera América Latina, no
interesaba. Parece que ellos olvidaron la “década perdida” de los
ochenta. No se perdió; se la llevaron. Lo que interesaba acá era abrir
los mercados de capitales. Otra es que Francia no quiere que se
profundice la crisis europea. Europa es una cosa, América Latina es
otra.
Empero, la transformación discursiva del FMI no cambia aún las
políticas para lo que necesitará vistos buenos de los miembros
poderosos, que son paradójicamente, lo más afectados por éstas. En la
actualización sobre las perspectivas de la economía mundial publicada en
enero de 2013[6], Europa toda crecerá más o menos 0 y Estados Unidos, 1% menos que antes.
Oscar Ugarteche
Economista
peruano. Investigador titular del Instituto de Investigaciones
Económicas de la UNAM, México. Miembro del SNI/Conacyt. Coordinador del
Observatorio Económico de América Latina (OBELA) www.obela.org y presidente de ALAI www.alainet.org
Ariel Noyola Rodríguez
Miembro del proyecto OBELA, IIEC-UNAM. Contacto: anoyola@iiec.unam.mx
[1] Ugarteche, Oscar. Historia crítica del Fondo Monetario Internacional. México: IIEC-UNAM, 2009.
[2] Ugarteche, Oscar. El complejo financiero bancario y la privatización de la gobernanza financiera. Fecha de publicación: Octubre 2012. [Web: http://www.bcra.gov.ar/pdfs/eventos/JMB_2012_Ugarteche.pdf]
[3] Duval, Jérome. “El impetuoso regreso del FMI a Europa” en Comité para la Anulación de la deuda del Tercer Mundo. Fecha de publicación: 26-01-2012. [Web: http://cadtm.org/El-impetuoso-regreso-del-FMI-a]
[4] Blanchard, Olivier y Leigh, Daniel. Growth Forecast Errors and Fiscal Multipliers: FMI. Fecha de publicación: Enero 2013. [Web: http://www.imf.org/external/pubs/ft/wp/2013/wp1301.pdf]
[5] Baquiast, Jean-Paul. “La fausse vertu du FMI” en De Defensa. Fecha de publicación: 10-01-2013. [Web: http://www.dedefensa.org/article-la_fausse_vertu_du_fmi_10_01_2013.html]
[6] Fondo Monetario Internacional. WEO Update: Gradual Upturn in Global Growth during 2013. Fecha de publicación: 23-01-2013. [Web: http://www.imf.org/external/pubs/ft/weo/2013/update/01/pdf/0113.pdf]
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