Los mercados están en las manos del G8 de este fin de semana
Por Yosi Truzman
La situación no puede ser más preocupante en los mercados. El riesgo sistémico está absolutamente disparado y tal y como se ha venido comentando, el contagio hacia el resto de economías es creciente. Los datos macro
de las economías con más fuerza no hacen más que empeorar (ayer los
datos USA fueron muy malos y esta madrugada la asociación de vendedores
de coches en China alerta de que el stock de coches no vendidos está en
máximos. Un amigo mío que se dedica a la importación de ropa desde ahí
me comentó que en la última feria de Shanghai los fabricantes no paraban
de asaltarle por los pasillos!!).
Es más que
evidente que el mercado necesita de una acción conjunta de los países
más desarrollados para detener lo que podría ser un desplome al estilo
del acontecido el verano del año pasado. La reunión del G8 en Camp David
de esta fin de semana podría ser el foro en el que se acordase algún
tipo de intervención conjunta. La Presidente del FMI, Lagarde, no estará
presente. Pero este foro podría llegar a acordar, sin su presencia,
medidas de respuesta conjunta por parte de los bancos centrales. Esta
posibilidad junto al hecho de que nos encontramos en zonas de soporte en
alguno de los índices clave son motivo suficiente como para cerrar
riesgos.
En este gráfico se analiza la evolución del S&P500 contado en base diaria.
La ruptura del soporte de los 1.340 no ha podido ser más noble. Desde
que apareció el primer cierre por debajo de esta nivel el pasado 14 de
mayo, no ha vuelto a superar esta cota y ha ido perdiendo fuelle de
manera consecutiva. La sesión de ayer no hizo más que acelerar este
proceso.
El índice se dirige inexorablemente a la
zona de soporte clave. Esta zona se encuentra entre el 1.278 y el 1.292.
En esta zona se encuentra el máximo de octubre del año pasado, primer
punto de parada del movimiento alcista que inició a principios de
octubre. Se encuentra también en ese rango de precios el 38,2% de
retroceso del alza iniciada en octubre y el 50% de retroceso del tramo
alcista que se inició a finales de noviembre, punto desde el que se
superó el máximo de finales de octubre. Por último, se encuentra en ese
entorno también la media de 200 sesiones.
Se
trata, por tanto, de una zona de soporte clave estructural que, en
principio, no debería ser perforada con facilidad. Si bien es cierto que
cuando se analiza algún otro índice USA como el Dow de Transporte
(como no reaccione con inmediatez, el riesgo será muy grande) que
apunta al posible inicio de un movimiento muy agresivo de caída, el
riesgo de que salga algo del G8 con un índice clave en zona de soporte
hace que sea prudente cerrar las posiciones cortas que se tengan en este
entorno de precios y que se esperen acontecimientos.
En Europa, es importante centrar la atención en el gráfico diario del EUROSTOXX50 contado con una perspectiva de largo plazo. En el gráfico adjunto, se analiza la evolución del índice desde el año 2000.
La
corrección que se inició a raíz del estallido de la burbuja tecnológica
marcó un mínimo en septiembre de 2002 en el 2.115 (línea roja
horizontal). Este nivel fue perforado durante el primer trimestre del
año 2003 como consecuencia de la crisis de los bancos holandeses. Pero
la mayor parte de los índice directores no perforaron los mínimos de
septiembre en el primer trimestre de 2003. De hecho, la ruptura del
2115, aunque fue profunda, fue un visto y no visto en el índice; una
"trampa bajista" en toda regla que provocó, además, el inicio de una
nueva tendencia alcista.
En la corrección de 2007
ocurrió algo parecido. En noviembre de 2008, un mes y pico después de la
quiebra de Lehman, el índice fijó un mínimo en el 2.128, a tan solo 13
ticks del mínimo de septiembre de 2002. En el primer trimestre de 2009
se perforó este nivel de manera agresiva. Pero, de nuevo, fue una
ruptura en falso lo que volvió a formar una "trampa bajista" que supuso
el inicio de una nueva tendencia alcista.
El año
pasado, la corrección del índice se inició en febrero pero se aceleró
dramáticamente durante el verano. De hecho, los primeros 10 días del mes
de agosto nos mostraron la cara de lo que puede considerarse un
auténtico desplome. El mínimo se fijó el 11 de agosto en el 2.077, unos
ticks por debajo del mínimo de septiembre de 2002. Posteriormente,
durante el mes de septiembre, el índice perforó este nivel de manera
significativa. Pero ninguno de los intentos de rebote lograron perforar
consistentemente el 2.115 lo que, de hecho, volvió a ser el inicio de
una tendencia alcista.
Visto lo visto, queda clara
la importancia de los niveles que se están alcanzando. Se trata de una
zona de precios que viene sirviendo de soporte principal a lo largo de
los últimos 12 años. Obviamente, es imposible ser muy preciso en su
entorno porque la volatilidad se dispara al alcanzarse este entorno de
precios. Pero es evidente su importancia. Aunque preocupa mucho el hecho
de que los rebotes desde el soporte son cada vez menos importantes y
que el tiempo que tarda el índice en volver a retestearlo es cada vez
menor, lo que indica que su impacto como zona de "precio chollo" se va
diluyendo, no deja de ser más que evidente que se trata de una zona de
soporte absolutamente clave con la que se debe ser extremadamente
prudente.
Por lo tanto y puesto que durante el
fin de semana hay reunión del G8 de la que no sería descabellado que
saliese algún tipo de intervención conjunta, los cortos abiertos
recientemente deben cerrarse en la zona comprendida entre el 2.077 y el
2.115, al menos en un porcentaje elevado. Aunque se trata de un soporte
tan importante, no se debe comprar ya que, tal y como ha quedado claro,
la volatilidad alrededor del nivel podría ser muy elevada y es
preferible esperar a ver qué ocurre. Cerrar riesgo y mirar los toros
desde la barrera, ahora que estamos en San Isidro, sería lo más prudente
en estas circunstancias.
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