Los impuestos, los archirricos y las finanzas públicas
Un  pequeño  impuesto sobre las fortunas personales estadounidenses de más  de 1.000 millones  de dólares podría generar ingresos más que  suficientes, con tan sólo las 400 de  Forbes, para erradicar los  déficits presupuestarios conjuntos de los estados  que componen la  nación norteamericana.
David  Rockefeller sénior, el  único nieto todavía vivo del primer  milmillonario norteamericano, ha conseguido  todavía otra distinción. A  los 95 años es actualmente el milmillonario más  anciano de la nueva  lista anual de los 400 norteamericanos más ricos de la  revista Forbes.
En  la lista de este año,  David Rockefeller está acompañado de cantidad de  milmillonarios. Cada uno de  los 400 grandes bolsillos de esta lista  tiene una fortuna individual de al  menos 1.000 millones $. En 1982, el  primer año en que apareció la lista anual Forbes 400, solamente 13 norteamericanos  podían alardear de un estatus de milmillonario.
Por aquel entonces, hace casi tres décadas, los Forbes 400  detentaban una fortuna  conjunta de 91.800 millones $, el equivalente  de unos 208.000 millones $ en  dólares actuales. Los 400 primeros  actuales, según publicó Forbes la semana pasada, poseen  además, más de 3 billones de  dólares en riqueza. Su fortuna conjunta  total, actualmente: 1,37 billones $.
Los diez norteamericanos más ricos de la nueva lista Forbes poseen  por sí mismos un valor  neto conjunto de 270.000 millones $, más que el  valor neto, descontada la  inflación, de la lista Forbes completa de su  inicio en 1982.
¿Qué  impacto podría tener  en nuestra atribulada nación que esta pasmosa  acumulación masiva de riqueza  fuera modestamente compartida o sujeta a  tributación?
Una  respuesta rápida: un  "impuesto sobre la riqueza" del 15% sobre los  activos personales de más de  1.000 millones $ generaría este año  145.500 millones $, más que suficiente para  cubrir los 140.000 millones  $ de déficits a los que se enfrentan los 50 estados  de América del  Norte en el actual año fiscal.
Después de pagar este  impuesto, la riqueza neta personal de los 400 milmillonarios  de la actual lista Forbes,  sería  todavía de 2.400 millones $ en promedio, más de 37.000 veces los  65.400 $ de  riqueza neta personal que el economista neoyorquino Edward  Wolff calculó a  principios de este año para la típica familia  norteamericana.
Pero los millonarios de Forbes  no están precisamente corriendo a  compartir su riqueza. Los más  activos políticamente están corriendo en la  dirección opuesta. Están  financiando candidatos y causas dedicadas a recortar  impuestos sobre  los norteamericanos más ricos, y eliminando las regulaciones  sobre las  corporaciones que hacen ricos a estos ricos.
Un signo  de nuestra época milmillonaria
 El  antiguo jefe político de la Casa Blanca en tiempos de  Bush, Karl Rove,  está actualmente derramando millones de dólares en anuncios  que atacan  a los candidatos partidarios de los impuestos a los ricos para las   elecciones del próximo noviembre. "American Crossroads", la organización  de  Rove para dirigir esta operación, obtiene de los millonarios la  mayor parte de  sus fondos, el 91% según los datos más recientes de la  Comisión Electoral  Federal.
Otro ejemplo: en  California, los millonarios Charles y David Koch – ambos en los diez primeros  lugares de la lista Forbes  – se han aunado  para ayudar a financiar una iniciativa legislativa  dirigida a eliminar la  legislación puntera sobre energía limpia que los  legisladores estatales  convirtieron en ley hace cuatro años.
Según detallaba una  impactante reseña de la revista New  Yorker del mes pasado, los hermanos milmillonarios  también han suscrito generosamente el movimiento "popular" del Tea Party.
Los  entusiastas de las  grandes fortunas no se dedican a este tipo de  politiqueo millonario. Hablan, en  cambio, de la generosidad de los  filántropos millonarios. La semana pasada,  estos voceros de la  concentración de la riqueza exaltaban al millonario de  Facebook, Mark  Zuckerberg, cuya riqueza neta se triplicó el año pasado hasta  los 6.600  millones $, después de que anunciara sus planes para establecer un   fondo de 100 millones $ para la reforma escolar.
Pero  las iniciativas de  los ricachones respecto a las políticas públicas,  ya sea la reforma escolar o de  cualquier otro campo, siempre van  ligadas a ideologías. En educación, la  filantropía millonaria empuja a  las escuelas hacia enfoques basados en  incentivos o en "reformas"  probadas, que los investigadores en educación han  demostrado que son  tremendamente ineficaces.
Mientras tanto, señala Bob Peterson,   maestro de Wisconsin, editor de uno de los principales periódicos  progresistas  sobre educación, las reformas que sí resultan eficaces  –como permitir a los  niños pobres un rápido acceso a los libros– están  olvidadas o faltas de  financiación.
Debido a dificultades  presupuestarias, la escuela elemental de Peterson, en Milwaukee,  ha tenido que  rebajar el presupuesto de su biblioteca, el último golpe  a una escuela que ya  había perdido a sus profesores de música y de  gimnasia –y a todos sus maestros  asistentes– en anteriores recortes  presupuestarios. El año próximo, observa  Peterson, las casi 100  escuelas elementales y las 8 K, probablemente tendrán  solo cinco  bibliotecarios a tiempo completo.
¿Cual  es el coste financiero de un bibliotecario  a tiempo completo en las  escuelas públicas de Estados Unidos? Peterson ha  calculado esta cifra  en tan sólo algo más de 7.100 millones $.
A  título de comparación,  un impuesto de un 1% sobre la riqueza personal  de más de 1.000 millones $ en  Estados Unidos, generaría 9.700 millones  $.
AUTOR  :  Sam  Pizzigati  edita Too Much,  el boletín semanal online  sobre exceso y desigualdad, publicado por el  Institute for Policy Studies con  sede en Washington D.C. 
FUENTE : SIN PERMISO 



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