Las burbujas y la irracionalidad del mercado
Esta gráfica extraida con los datos de Robert Schiller que abarca un largo período: 1871 – 2010, nos muestra la burbuja irracional de los últimos veinte años. Una burbuja que engañó a todo el mundo, y que hizo pensar que la economía estaba en un óptimo funcionamiento. Pero aquellas eran solo las apariencias. Una imagen tan reveladora como esta gráfica permite tomar en cuenta los grandes mitos que rodean al libre mercado y su noción de la autorregulación. Ya hemos hablado de que los mercados eficientes son sólo un sofisma. La gráfica de Schiller, que puede revisar en Visualizing Economics, con un link a planillas en Excel, nos da cuenta de la Exuberancia irracional del mercado. Algo similar a lo que planteamos cuando dimos cuenta de la burbuja inmobiliaria europea. Países como Italia, Francia y España casi duplicaron los precios de la vivienda en el boom de la burbuja, como lo muestra esta gráfica:
Una vez que la burbuja comienza a crecer, las fuerzas del mercado resultan incapaces para asignar los recursos con sensatez y eficacia. La lógica de la irracionalidad impulsa a los agentes a seguir apostando, lo que mantiene a la burbuja activa. Solo un gran accidente, un brutal choque con la realidad, hace reventar la burbuja en un proceso largo y doloroso. La creación de burbujas y su estallido final son el resultado inevitable de un proceso de toma de decisiones que no toma en cuenta el azar. Dentro de la teoría económica clasica, el proceso de toma de decisiones es tomado por agentes racionales, con información perfecta, con pleno conocimiento del mercado y de las opciones de cada uno de los agentes. Por eso se habla del homoeconomicus, un ser maximizador y capaz de tomar siempre la mejor decisión dentro de una amplia cartera de acciones posibles. A la luz de la burbuja inmobiliaria española, y de la simpleza para señalar que el precio de la vivienda todavía debe bajar un 30%, podemos ver que toda esa teoría de los mercados perfectos y competencia perfecta, se encuentra perfectamente desacreditada.
AUTOR : Marco Antonio Moreno
FUENTE : EL BLOG SALMON
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