Pánico en bolsas por propuesta de limitar tamaño de bancos
La propuesta del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de limitar el tamaño de los grandes bancos generó un nuevo panico en las bolsas mundiales. El mandatario anunció sus propuesta con una frase que pasará a la posteridad:
Este es un paso muy importante, pero llega con un año de retraso pues era la primera medida que Obama debió aplicar al iniciar su mandato el 20 de enero del año pasado. En su primer año de gobierno, Obama no logró torcer la dinámica de la crisis y mientras el desempleo siguió su avance devastador, las bolsas y los bancos se siguieron hinchando a costa de los esfuerzos fiscales. De ahí el descontento y la pérdida, esta semana, de un importante escaño en el senado con una histórica derrota vivida en Massachusetts, una plaza que pertenecía comodamente al Partido Democrata, al ser la tierra del clan Kennedy. Este hecho rompió la mayoría que el partido demócrata tenía en el Congreso.
En lo concreto, Obama al fin está haciendo caso a Paul Volcker, el ex-banquero de la Fed que lleva un año asegurando que el problema central que hay que resolver es el del sistema financiero, partiendo por los grandes bancos. Volcker fue el primero en señalar que estamos ante “la madre de todas las crisis financieras” y aseguró que las innovaciones financieras no aportaron nada a la economía. Volcker es quien más ha insistido en que “se requiere extirpar el problema de raíz”. Hasta ahora, Obama no había tomado en cuenta sus consejos.
Tras las palabras de Obama, y como era de esperar, las acciones de Wall Street reaccionaron rápidamente ampliando las pérdidas que venían estimuladas por los malos datos del empleo y del sector manufacturero. Herido de muerte, el Dow Jones cayó 2,09%, el Ibex lo hizo en 2,26%, el Dax en 1,79% y el CAC en 1,70%.
El objetivo de la medida busca reducir las posibles pérdidas por inversiones de alto riesgo, así como evitar que los bancos pongan en peligro a la economía real debido a su gran tamaño. La medida apunta sobre todo al sector de la banca de inversión, que aportó primero ganancias astronómicas a las entidades con negocios de alto riesgo, para después reventar y ser una de los principales causantes de la crisis financiera.
Las nuevas medidas obligarían a los bancos a separar de forma más clara el sector de inversiones del resto de actividades financieras. Es un retorno a la derogada Ley Glass-Steagall, que separaba la banca comercial de la banca de inversion, y que implantó Franklin D. Rossevelt en 1933, dando estabilidad al sistema financiero durante medio siglo. A mediados de los 80 comenzó a ser derogada hasta desaparecer totalmente en 1999 por la acción directa del senador republicano Phil Gramm.
Después de un año de gobierno y de dar palos de ciego en diversas áreas, Obama parece escuchar las ideas más serias. La semana pasada propuso un impuesto extraordinario para los grandes bancos, que permitan cubrir los costos de los programas de rescate del gobierno durante la crisis financiera. Esta propuesta prevé la devolución de unos 117.000 millones de dólares por parte de las principales entidades financieras de Wall Street. Ese también fue otro dolor de cabeza para la banca y las bolsas del mundo.
AUTOR : MARCO ANTONIO MORENO
FUENTE : EL BLOG SALMON
“Nunca más seremos rehenes de los bancos demasiado grandes para caer pues esto complica a toda la economía”.Si se aprueban las medidas que buscan limitar la voracidad de la banca, los bancos deberán abandonar las prácticas especulativas que son las que hundieron al sistema.
Este es un paso muy importante, pero llega con un año de retraso pues era la primera medida que Obama debió aplicar al iniciar su mandato el 20 de enero del año pasado. En su primer año de gobierno, Obama no logró torcer la dinámica de la crisis y mientras el desempleo siguió su avance devastador, las bolsas y los bancos se siguieron hinchando a costa de los esfuerzos fiscales. De ahí el descontento y la pérdida, esta semana, de un importante escaño en el senado con una histórica derrota vivida en Massachusetts, una plaza que pertenecía comodamente al Partido Democrata, al ser la tierra del clan Kennedy. Este hecho rompió la mayoría que el partido demócrata tenía en el Congreso.
En lo concreto, Obama al fin está haciendo caso a Paul Volcker, el ex-banquero de la Fed que lleva un año asegurando que el problema central que hay que resolver es el del sistema financiero, partiendo por los grandes bancos. Volcker fue el primero en señalar que estamos ante “la madre de todas las crisis financieras” y aseguró que las innovaciones financieras no aportaron nada a la economía. Volcker es quien más ha insistido en que “se requiere extirpar el problema de raíz”. Hasta ahora, Obama no había tomado en cuenta sus consejos.
Tras las palabras de Obama, y como era de esperar, las acciones de Wall Street reaccionaron rápidamente ampliando las pérdidas que venían estimuladas por los malos datos del empleo y del sector manufacturero. Herido de muerte, el Dow Jones cayó 2,09%, el Ibex lo hizo en 2,26%, el Dax en 1,79% y el CAC en 1,70%.
El objetivo de la medida busca reducir las posibles pérdidas por inversiones de alto riesgo, así como evitar que los bancos pongan en peligro a la economía real debido a su gran tamaño. La medida apunta sobre todo al sector de la banca de inversión, que aportó primero ganancias astronómicas a las entidades con negocios de alto riesgo, para después reventar y ser una de los principales causantes de la crisis financiera.
Las nuevas medidas obligarían a los bancos a separar de forma más clara el sector de inversiones del resto de actividades financieras. Es un retorno a la derogada Ley Glass-Steagall, que separaba la banca comercial de la banca de inversion, y que implantó Franklin D. Rossevelt en 1933, dando estabilidad al sistema financiero durante medio siglo. A mediados de los 80 comenzó a ser derogada hasta desaparecer totalmente en 1999 por la acción directa del senador republicano Phil Gramm.
Después de un año de gobierno y de dar palos de ciego en diversas áreas, Obama parece escuchar las ideas más serias. La semana pasada propuso un impuesto extraordinario para los grandes bancos, que permitan cubrir los costos de los programas de rescate del gobierno durante la crisis financiera. Esta propuesta prevé la devolución de unos 117.000 millones de dólares por parte de las principales entidades financieras de Wall Street. Ese también fue otro dolor de cabeza para la banca y las bolsas del mundo.
AUTOR : MARCO ANTONIO MORENO
FUENTE : EL BLOG SALMON
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