La banca extranjera en EEUU se rebela contra Obama

“Impuestos sin representación”. Un importante banquero invocó el grito de la revolución estadounidense para condenar la decisión de la Administración Obama para imponer una nueva tasa bancaria sobre las filiales estadounidenses de grupos financieros extranjeros.

Ninguno de los bancos extranjeros con oficinas en Nueva York, entre los que se incluyen importantes nombres de las finanzas globales como Credit Suisse, Deutsche Bank, UBS y BNP Paribas, quisieron criticar en público la medida. Pero en privado, muchos ejecutivos se mostraban indignados.

En su opinión, pedir a los bancos extranjeros, que no se beneficiaron de forma directa de la ayuda del Gobierno estadounidense, que paguen un impuesto dirigido a recaudar al menos 90.000 millones de dólares (62.000 millones de euros) en la próxima década, era básicamente injusto.

“Nadie en la lista de los 50 bancos afectados podría exponer que no se benefició de la ayuda gubernamental, ya fuera de forma directa o indirecta”, admitió un importante banco europeo. “Pero la forma en la que está estructurado el impuesto no es equitativa. No existe distinción alguna entre Citigroup o Bank of America, que recibieron grandes sumas de dinero del Gobierno, y otros como nosotros, que sólo nos beneficiamos de forma indirecta”.

Para agravar las injurias –al menos a los ojos de los banqueros extranjeros– el gravamen iría dirigido en parte a pagar las pérdidas que sufrirá el Gobierno estadounidense después de rescatar a empresas como los fabricantes de coches de Detroit y a financieras hipotecarias como Fannie Mae y Freddie Mac.

Autoridades de la Administración expusieron que los bancos extranjeros con sede en EEUU se beneficiaron del repunte de los mercados de capitales y de la recuperación económica derivada del desembolso de cientos de miles de millones de dólares de fondos de los contribuyentes.

De hecho, algunos analistas recibieron con agrado la inclusión de bancos extranjeros en la lista de las cerca de 50 empresas a las que se les aplicará la “Tasa por Responsabilidad en la Crisis Financiera”, ya que reducirá la carga sobre las entidades domésticas.

“Las firmas estadounidenses no se encontrarán en desventaja competitiva frente a las filiales estadounidenses de bancos extranjeros”, escribió Jaret Seiberg de Concept Capital, un grupo de investigación sobre inversiones de Washington.

Estos argumentos no fueron bien recibidos por los ejecutivos de bancos extranjeros. Uno de ellos señaló que los hedge fund y los grupos de capital riesgo también se beneficiaron de la intervención del Gobierno estadounidense en los mercados y que no se les ha pedido que paguen el impuesto.

Según varios análisis de investigadores de Morgan Stanley, Barclays Capital será una de las entidades extranjeras más afectadas, con una tasa prevista de 560 millones de dólares anuales.

Otros bancos que se espera que se vean afectados por sumas de una magnitud similar son HSBC, Deutsche Bank, Credit Suisse y UBS. Las entidades francesas BNP y Société Générale tienen menos operaciones en el país.

Algunos bancos extranjeros que se encuentran en el extremo más bajo del umbral de los 50.000 millones de dólares en activos a partir del que se aplica el impuesto aseguran que podrían reducir su tamaño para no verse afectados.

Todos los bancos están convencidos de que la medida afectará negativamente a la economía.

AUTOR : Francesco Guerrera y Patrick Jenkins
FUENTE : FINANCIAL TIMES

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