Banco Mundial revisa a la baja sus perspectivas de crecimiento global

  



Por Capital Bolsa



La economía mundial se desplaza hacia lo que podría ser un período más tranquilo y estable. Sin embargo, la recuperación es desigual.

Para los países de ingreso alto, la consolidación fiscal, las altas tasas de desempleo y una confianza todavía débil de las empresas y los consumidores continúan moderando el crecimiento este año, mientras que en el mundo en desarrollo, el crecimiento será sólido pero más débil de lo que fue durante el período de auge previo a la crisis.

Las condiciones financieras en las economías avanzadas han mejorado…pero el crecimiento sigue flojo


Los indicadores del riesgo del mercado financiero, como las tasas de canje de riesgo de incumplimiento de crédito, el rendimiento de la deuda soberana y los indicadores de volatilidad bursátil han mejorado en forma considerable desde junio de 2012. Aunque los países de ingreso alto siguen enfrentando desafíos a la hora de recuperar la salud del sector financiero, reformar las instituciones y lograr que la política fiscal vuelva a un camino sostenible, la probabilidad de que estos desafíos provoquen una crisis importante ha disminuido en forma notoria. A pesar de esto, la actividad real sigue siendo muy lenta, en especial en Europa, donde los obstáculos incluyen la falta de confianza y la permanente restructuración del sector bancario y fiscal. La recuperación está en mejor terreno en Estados Unidos, donde la recuperación del sector privado ha sido contenida, pero no sofocada, por la contracción fiscal. Mientras tanto, en Japón, una relajación drástica de las políticas macroeconómicas parece haber generado un repunte en la actividad, al menos a corto plazo.

Este año, se espera que el PIB mundial crezca cerca de 2,2% y se fortalezca en 3% y 3,3%, en 2014 y 2015. Para las naciones de ingreso alto, el crecimiento este año será de un modesto 1,2% y se afirmará en 2% en 2014 y en 2,3% en 2015. Se calcula que la zona del euro se contraerá en 0,6% en 2013, en comparación con la proyección anterior de 0,1%, mientras se prevé una lenta mejoría para alcanzar un modesto 0,9% en 2014 y 1,5% en 2015.

En el mundo en desarrollo, el crecimiento es sólido pero silencioso…

La historia de la mayoría de los países en desarrollo es más prometedora. Estas economías se han recuperado en forma más o menos total de la crisis de 2008 y se espera que las condiciones externas menos inestables gatillen la aceleración gradual de la actividad en las regiones en desarrollo.

Según las proyecciones, el PIB de los países en desarrollo bordeará los 5,1% en 2013, para fortalecerse a 5,6% y 5,7% en 2014 y 2015, respectivamente. El crecimiento en varios países de ingreso mediano se ha visto frenado por cuellos de botella por el lado de la oferta y es poco probable que llegue a los niveles pre crisis a menos que se apliquen reformas enérgicas por el lado de la oferta. También en China el crecimiento ha reducido su ritmo mientras las autoridades buscan formas de reequilibrar la economía. Al observar las tendencias regionales más amplias, se espera que Asia oriental crezca cerca de 7,3% este año, Europa en desarrollo y Asia central 2,8%, América Latina 3,3%, Oriente Medio y Norte de África (MENA) 2,5%, Asia meridional, 5,2% y África al sur del Sahara, 4,9%.

Sin embargo, los países en desarrollo no son un grupo homogéneo y las recomendaciones de políticas se deben ajustar a dicho contexto:

• Varias economías de rápido crecimiento de Asia oriental, África al sur del Sahara y algunas de América Latina se encuentran en riesgo de sobrecalentarse. Ahí se justifica, por lo tanto, asumir políticas macroeconómicas más restrictivas para reducir las vulnerabilidades.

• El escaso crecimiento frente a limitaciones en la capacidad de algunas economías exige reformas normativas estructurales por el lado de la oferta para impulsar el crecimiento, principalmente en Brasil, India, Rusia y Sudáfrica. Grandes déficits del producto en Europa en desarrollo y en varias economías de MENA son causa de preocupación. En la primera, el limitado espacio macroeconómico requiere reformas para mejorar la competitividad y en las últimas, se requiere disminuir los conflictos y las tensiones políticas y aplicar reformas estructurales urgentes a fin de impulsar el crecimiento, mejorar el entorno para los negocios y crear empleos.

• El resto de los países lo está haciendo bien. En la mayoría de las economías en desarrollo, el déficit del producto es pequeño y parece achicarse, mientras que las políticas están, en general, bien encaminadas.

Los países en desarrollo enfrentan nuevos riesgos…

Aun cuando la importancia de los riesgos post crisis provenientes del mundo de ingresos altos parece haber disminuido, surge un nuevo grupo de incertidumbres y riesgos que pareciera ganar terreno. Por ejemplo, los países en desarrollo están cada vez más preocupados de:

• Los posibles efectos de la relajación radical tanto de la política fiscal y monetaria en Japón. Esto podría reducir la competitividad de los países en desarrollo en mercados donde compiten directamente con Japón, debido a la depreciación de 21% en el valor efectivo real del yen desde septiembre de 2012, y exacerbar el sobrecalentamiento de las economías, en particular en Asia oriental, a través del aumento en los flujos de capital.

• Una baja más rápida de lo esperado en los precios de los productos básicos. Desde principios de 2011, el precio de los productos básicos industriales se ha debilitado, proceso que parece haberse intensificado en 2013 a pesar de las señales de recuperación de la economía mundial. En realidad, desde su punto más alto a principios de 2011, el precio de los metales y minerales está más bajo en 30% y el de la energía, en 14%. Si los precios de los productos básicos bajaran incluso más rápido de lo esperado, los países en desarrollo que exportan productos básicos podrían experimentar grave retroceso fiscal y menor crecimiento, aunque los importadores tienen todas las de ganar.

• Los desafíos internos, que incluyen presiones inflacionarias y burbujas en los precios de los activos, y que son más débiles que las tasas de crecimiento pre crisis. Los problemas que enfrentan los países en desarrollo son cada vez más de carácter interno y las soluciones deberán buscarse a nivel local. Para el gran número de países que opera cerca de o incluso por sobre su plena capacidad, podría ser necesario restringir la política macroeconómica, tanto para restablecer el espacio fiscal que se utilizó en respuesta a la crisis como también para evitar la acumulación de presiones inflacionarias y burbujas de activos.

• Los desafíos del retiro del ajuste cuantitativo en Estados Unidos. El retiro o relajación de las posturas altamente acomodaticias de la política monetaria en Estados Unidos y otras economías de ingresos altos que aumentan el espectro de costos de financiamiento más alto para los países en desarrollo. Las naciones que acumulan deuda del sector público y el sector privado durante períodos con bajos intereses podrían ser especialmente vulnerables, así como los países con sectoresfinancieros nacionales relativamente débiles y grandes déficit gubernamentales o en cuenta corriente.

Las soluciones internas son fundamentales para el crecimiento futuro…

Los países en desarrollo han franqueado muy bien la crisis y el período inmediatamente posterior. Cuando la economía mundial avanza hacia una fase nueva y más estable y disminuyen los importantes riesgos provenientes de las economías de ingresos altos, los países en desarrollo tienen que poner más atención a los desafíos internos y buscar soluciones internas para impulsar el crecimiento, la competitividad y el empleo. También deberán estar atentos a la naturaleza de los riesgos externos en evolución, incluidos los cambios en los precios de los productos básicos y el retiro del ajuste cuantitativo por parte de las economías de ingresos altos a mediano plazo.

En general, cuando se llenen las brechas de la demanda que se abrieron con la crisis, el crecimiento futuro estará cada vez más determinado por la medida en la cual los países logren abordar los cuellos de botella en cuanto a la oferta, incluso los déficit de infraestructura física, social y reguladora. Para alcanzar mayor crecimiento sobre una base sostenida, todos los países en desarrollo deberán redoblar sus esfuerzos para recuperar y preservar la estabilidad macroeconómica, mejorar el buen gobierno, simplificar las regulaciones, abrirse al comercio y a la inversión extranjera e invertir en infraestructura y capital humano. Porque son estas políticas las que han respaldado la aceleración del crecimiento en los países en desarrollo en las dos últimas décadas y es solo a través del avance y las reformas continuas que se puede mantener el sólido crecimiento de la productividad de los últimos 20 años.

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