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Por Kate Randall
Los reclamos de seguros por desempleo aumentó en 34.000 la semana pasada para una cifra total de 386.000 ajustada a las variaciones estacionales, según el Departamento de Trabajo de los EE.UU. El índice de desempleo del país seguía siendo constante en junio, en un 8.2 por ciento, el 41er mes consecutivo que ha estado sobre el 8 por ciento.
Todas las cifras apuntan a una continua baja en la economía de los EE.UU., mientras que el desempleo a largo plazo persiste. Solamente 80.000 trabajos fueron agregados a las nóminas de pago el mes pasado, menos de lo que los economistas habían pronosticado y el tercer mes consecutivo menos a los 100,000 trabajos necesarios para igualarse con el crecimiento de la población en edad de trabajar.
Sin embargo, aun cuando estas figuras opacas pintan un cuadro atractivo, la realidad es otra. Más de 8 millones están trabajando a tiempo parcial —no por elección, sino porque no pueden encontrar un empleo a tiempo completo. El número de trabajadores involuntarios a tiempo parcial se ha elevado por más de medio millón desde marzo pasado. Éstos “sub empleados”, sin embargo, se cuentan como trabajando.
Mientras que 2 millones más de trabajadores estaban empleados en junio del 2002, comparado con el 2012, hoy hay 4 millones de trabajadores más a tiempo parcial de los que había hace una década. E incluso con estos 4 millones de trabajadores parciales contados, hoy hay más de 4 millones de desempleados de los que había hace 10 años.
Esto significa que hay 2 millones menos de trabajadores a tiempo completo hoy de los que había en el 2002, un cambio sin precedentes. Sobre el curso de la década pasada ha habido lo qué solo puede describirse como cambio sísmica en la composición de la mano de obra norteamericana, pues los empleadores han hecho un movimiento calculado de atraer a más trabajadores sobre una base de horas en vez de emplearlos a tiempo completo.
Según el Buró de Estadísticas Laborales (BLS), en junio del 2012, 8.210.000 personas trabajaban solamente de 1 a 34 horas a la semana debido a “razones económicas” —lo cual incluyen “poco trabajo o condiciones desfavorables para los negocios, incapacidad de encontrar trabajo a tiempo completo, o las declinaciones estacionales en la demanda de trabajo”. El gobierno, el sector privado, y los trabajadores agrícolas todos están incluidos en esta cuenta.
En los tres años desde que las autoridades del final de la recesión, los trabajadores por horas se han convertido de los principales apoyos del tibio crecimiento de trabajo en la supuesta recuperación, tomando sus lugares al lado de los trabajadores temporales y de contrato, de la industria automotriz y de otros trabajadores cuyos salarios han sido reducidos, y los trabajadores que trabajan muchas horas por menos pago.
Sin inversión laboral
Como consecuencia de la crisis económica que entró en erupción en el 2008, las corporaciones están sentadas sobre una gigante acumulación de dinero en efectivo, trillones de dólares, y están rehusándose a hacer cualquier inversión substancial en la creación de trabajos. El mínimo paquete de estímulo del gobierno de Obama se ha secado hace mucho tiempo, y el estado y los gobiernos locales están eliminando trabajadores por centenares de miles. Cuando las compañías emplean, están usando cada vez más a los trabajadores por horas, temporales o de contrato.
Un artículo reciente en el The Wall Street Journal (“Es bueno si usted puede conseguir trabajo —y especialmente si puede mantenerlo”) señala las gratificaciones de los patrones que emplean a trabajadores por horas. “Para las compañías, emplear a trabajadores a tiempo parcial y a través de contratistas, conlleva múltiples ventajas. Los empleados a tiempo parcial no reciben generalmente seguro médico u otros beneficios, haciéndolos menos costosos, y generalmente son más fáciles de despedir si el negocio baja”.
El diario cita a Brett Good, ejecutivo con la firma Robert Half International, quien observa que emplear a los trabajadores por horas o sobre la base de un proyecto en específico “da a las compañías más flexibilidad”. Y agrega, “Es la mentalidad: Pruébelo antes de comprarlo”.
Por las crecientes filas de trabajadores a tiempo parcial, sin embargo, la reducción de horas de trabajo, la carencia de beneficios y la inseguridad laboral, está resultado en mayores números de deudores, embargos de casas y miseria social.
Las generaciones (de trabajadores) más jóvenes han sido golpeadas más duramente por la cambio a el trabajo por horas. Según un informe reciente del John J. Heldrich Center for Workforce Development, en la Universidad de Rutgers, entre los que se graduaron de la escuela secundaria entre 2009-2011 y no fueron a la universidad, sólo un 16 por ciento fueron empleados a tiempo completo. Otro 22 por ciento trabajaban por horas, en gran parte porque no podrían encontrar un trabajo a tiempo completo.
Mientras que los trabajadores por horas tienden a ser más jóvenes que aquellos que trabajan a tiempo completo, y se concentran en industrias tales como servicios al por menor, servicios sociales y de alimentos, están a través de todos los sectores de la economía y entre todos los grupos edades, según el BLS. Un número desproporcionado y creciente de empleado por horas son mayores, en o cerca del retiro, que han perdido sus trabajos y solo pueden encontrar trabajos a tiempo parcial.
Reducción de salarios con ayuda de La Casa Blanca
Los trabajadores por horas a menudo son forzados a trabajar dos o más empleos. En julio del 2011, unos 6.8 millones de personas tenían varios trabajos —yendo de uno por horas a otro similar, ambos de bajos salarios, con poco tiempo para sus familias u otras obligaciones. Y a pesar de los trabajos múltiples, la mayoría de estos trabajadores no tiene seguro médico u otros beneficios.
Mientras que los trabajadores por horas aumentan, las compañías los están exprimiendo por más producción que los trabajadores a tiempo completo —mientras reducen costos. Con la ayuda de los sindicatos y el respaldo de la Casa Blanca, los salarios de pobreza se están imponiendo a sectores más amplios de la mano de obra norteamericana. Como un resultado directo del rescate a la industria de los automóviles en el 2009, por ejemplo, Chrysler pudo reducir sus costes de trabajo en un 35 por ciento entre el 2006 y 2010.
Según las figuras reportadas en junio por la Reserva Federal, el salario promedio real de los trabajadores de los EE.UU. cayó en un 7.7 por ciento entre el 2007 y 2010. La visión del gobierno de Obama de la “creación de trabajos” debe leerse como otra deterioración de los salarios y de las condiciones laborales de los trabajadores de los EE.UU., mientras que las compañías intentan imponer la reducción de salarios al estilo de la industria automotriz en amplios sectores de la población laboralmente activa.
La expansión del trabajo por horas es un componente dominante de las grandes empresas y el gobierno para imponer estas condiciones. Los trabajador por horas —muchos con dos o más de estos trabajos, sin beneficios— deben confrontarse con los trabajadores a tiempo completo que están trabajando más por menos pago, y quienes también enfrentan la amenaza constante del desempleo.
La incapacidad del sistema capitalista y de sus representantes políticos en los dos partidos de las grandes empresas de proporcionar empleos a tiempo completo, con salarios decentes, es una acusación contra el sistema de beneficios para los de arriba. El derecho a un trabajo —uno de los derechos sociales más básicos— solo puede ser luchada por rechazar el programa pro-capitalista de los demócratas y de los republicanos, y construir un movimiento político independiente de la clase trabajadora.
FUENTE: GLOBAL RESEARCH
VERSION INGLES: http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=32012
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