Suben los precios, bajan los sueldos

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Por mucho que se empeñe Ben Bernanke, el alza del petróleo se hizo sentir en el bolsillo de los consumidores estadounidenses en febrero. Y como. Los precios subieron ese mes cuatro décimas, en el mayor repunte en 10 meses. Y lo peor es que todo esto sucede mientras los sueldos caen en una economía que aún deja mucho que desear. Los salarios reales cayeron tres décimas en el mes. Es este último dato, junto a un paro estacando en el 8,3%, lo que explica en gran medida el lento repunte en EE UU y la depresión en la que sigue sumida el mercado inmobiliario.
 El alza de precios está en línea de lo que anticipaba Wall Street, por lo que el golpe era esperado. La tasa anual de inflación se eleva al 2,9%. Si del indicador general se descuentan energía y alimentos, los elementos volátiles, los precios subieron una décima entre enero y febrero. La inflación subyacente queda en el 2,2%, dos décimas por encima del objetivo de estabilidad de precios de la Reserva Federal. Bernanke insiste que el impacto del alza del petróleo será “temporal”. Pero hasta que pase, el consumidor paga ya un 6% más por la gasolina, en el mayor repunte en 14 meses.


     La factura energética subió un 3,2% entre enero y febrero, compensada por la fuerte caída del precio del  gas natural gracias a un invierno que pasará a los registros como de los más suaves. Por lo que el golpe para el bolsillo durante los próximos meses se notará mucho más. La Fed afirmó en su última reunión que la inflación está bajo control, si bien permanecerá vigilante. Pero lo que no pocos se preguntan es si los miembros del banco central se pasan por el supermecado, compran el pan o van de compras al centro comercial para ver como están los precios.

     Bernanke sí volvió a expresar esta semana su “frustración” con la lenta recuperación económica. Junto a la inflación, se publicó el de producción industrial, que quedó totalmente plana en febrero tras subir cuatro décima. En el parqué esperaban un incremento similar. Otra señal que podría indicar que la expansión en el primer trimestre no será tan robusta como a final de 2011. La economía de EE UU vuelve a crecer. Pero como indicó el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, no es el momento de la austeridad. La prioridad debe centrarse ahora en apuntalar el crecimiento y la creación de empleo.

     Es esta debilidad del mercado laboral lo que preocupa a los economistas. No solo porque el paro sigue elevado, sino porque además los sueldos bajan. El encarecimiento del coste de la vida se comió literalmente el incremento del 0,1% en las pagas por hora trabajada a la semana. Como resultado, los salarios ajustados a la inflación cayeron tres décimas. Se trata de la segunda caída consecutiva en los ingresos reales de los estadounidenses. Datos que echan más leñas al debate económico de cara a las presidenciales de noviembre, en las que Barack Obama se juega su empleo.

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