Goldman Sachs y los Teleñecos
Por: Sandro Pozzi
Pasó una semana desde que el joven financiero Greg Smith, uno de los 12.000 vicepresidentes que forman la estructura ejecutiva de Goldman Sachs, rompiera el código de silencio con su carta bomba contra el banco de inversión. La polémica se fue diluyendo con los días y empezaron a circular los primeros chistes. Pero en la entidad no parece que se tomen muy a risa el contenido de la misiva, en concreto en la parte que se denuncia que se trataba a los clientes como “muppets”.
Es el último capítulo de una saga que cobró cuerpo hace tres años y medio con el estallido de la crisis financiera y que a simple vista podría parecer que tiene como protagonistas a la rana Gustavo, la cerdita Piggy y a todo su grupo de Teleñecos. De hecho, ese es el término que en EE UU se utiliza para identificar a los muñecos creados por Jim Henson hace seis décadas. Pero en inglés británico, “muppet” es un término insultante que equivale a decir que una persona es estúpida.
La agencia Reuters revelaba anoche que Goldman Sachs está rastreando los emails internos para dar con los directivos que usaban ese término despectivo al referirse a sus clientes. Así lo comunicó el propio Lloyd Blankfein, su consejero delegado, esta semana a los socios de la entidad. Como ya dijo el mismo día en el que estalló la polémica, las revelaciones de Greg no representan los valores del banco y negó de lleno que esa fuera la opinión universal de sus empleados. Pero tenía que demostrarlo.
Entonces Blankfein, sobre el que circulan todo tipo de rumores sobre su continuidad al frente del guardián de Wall Street, anunció que iban a examinar todas las denuncias de la carta publicada en The New York Times con sumo cuidad. En ella, Greg señalaba a los actuales patrones de Goldman Sachs como los responsable de que el ambiente interno fuera “tóxico” y “destructivo”, y les acusaba de haberse cargado la cultura de trabajo en equipo, integridad y espíritu de humildad.
Greg, que cuando dimitió trabajaba en Londres en el departamento de derivados, solo citaba en su carta al consejero delegado y al presidente, Gary Cohn. Sobre el resto de acusaciones que vertía, como la de los emails calificando a los clientes de estúpidos, no da nombres. Y tampoco hay constancia de que lo haya señalado a sus superiores. Es por eso por lo que Goldman Sachs está revisando a toro pasado todos los mensajes, para determinar si esa denuncia de traición tiene base.
Por cierto, entre los clientes del calamar gigante de Wall Street se encuentran precisamente los populares Teleñecos. Hace una década, cuando Greg Smith empezó a trabajar como interino para Goldman Sachs, los hijos de Henson acudieron al banco de inversión neoyorquino buscando asesoramiento para volver a hacerse con el control de los muñecos de colores. La marca Muppet es propiedad en la actualidad del conglomerado de entretenimiento Walt Disney.
Pasó una semana desde que el joven financiero Greg Smith, uno de los 12.000 vicepresidentes que forman la estructura ejecutiva de Goldman Sachs, rompiera el código de silencio con su carta bomba contra el banco de inversión. La polémica se fue diluyendo con los días y empezaron a circular los primeros chistes. Pero en la entidad no parece que se tomen muy a risa el contenido de la misiva, en concreto en la parte que se denuncia que se trataba a los clientes como “muppets”.
Es el último capítulo de una saga que cobró cuerpo hace tres años y medio con el estallido de la crisis financiera y que a simple vista podría parecer que tiene como protagonistas a la rana Gustavo, la cerdita Piggy y a todo su grupo de Teleñecos. De hecho, ese es el término que en EE UU se utiliza para identificar a los muñecos creados por Jim Henson hace seis décadas. Pero en inglés británico, “muppet” es un término insultante que equivale a decir que una persona es estúpida.
La agencia Reuters revelaba anoche que Goldman Sachs está rastreando los emails internos para dar con los directivos que usaban ese término despectivo al referirse a sus clientes. Así lo comunicó el propio Lloyd Blankfein, su consejero delegado, esta semana a los socios de la entidad. Como ya dijo el mismo día en el que estalló la polémica, las revelaciones de Greg no representan los valores del banco y negó de lleno que esa fuera la opinión universal de sus empleados. Pero tenía que demostrarlo.
Entonces Blankfein, sobre el que circulan todo tipo de rumores sobre su continuidad al frente del guardián de Wall Street, anunció que iban a examinar todas las denuncias de la carta publicada en The New York Times con sumo cuidad. En ella, Greg señalaba a los actuales patrones de Goldman Sachs como los responsable de que el ambiente interno fuera “tóxico” y “destructivo”, y les acusaba de haberse cargado la cultura de trabajo en equipo, integridad y espíritu de humildad.
Greg, que cuando dimitió trabajaba en Londres en el departamento de derivados, solo citaba en su carta al consejero delegado y al presidente, Gary Cohn. Sobre el resto de acusaciones que vertía, como la de los emails calificando a los clientes de estúpidos, no da nombres. Y tampoco hay constancia de que lo haya señalado a sus superiores. Es por eso por lo que Goldman Sachs está revisando a toro pasado todos los mensajes, para determinar si esa denuncia de traición tiene base.
Por cierto, entre los clientes del calamar gigante de Wall Street se encuentran precisamente los populares Teleñecos. Hace una década, cuando Greg Smith empezó a trabajar como interino para Goldman Sachs, los hijos de Henson acudieron al banco de inversión neoyorquino buscando asesoramiento para volver a hacerse con el control de los muñecos de colores. La marca Muppet es propiedad en la actualidad del conglomerado de entretenimiento Walt Disney.
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