La “Reingeniería Laboral” Made in USA

  

Por Luis Aguilar.


Cada noche decenas de millones de norteamericanos, hombres y mujeres, se van a dormir preocupados de que no están ganando lo suficiente para cubrir los costos de la vida. Ellos son los “trabajadores pobres” —llamados así porque los bajos salarios que ganan no les alcanza—y los cuales se ha incrementado en números tras la “recuperación de los empleos” en los dos últimos años; aunque, a decir verdad, es una transferencia de trabajadores —y sus familias— de la clase media hacia el estrato más bajo de esta categoría o que simplemente han pasado a ser pobres. Y claro, Usted no verá esto en las noticias.
Una reciente entrevista de Gallup indica que lo más le preocupa a los norteamericanos es su deprimente economía personal.  Pero ¿por qué están tan abatidos si, como dicen las noticias del Ministerio de la Propaganda, el país va en camino a la recuperación?
Bueno, la verdad es muy distinta a lo que anuncia el Ministerio de la Propaganda del gobierno y los grandes medios de comunicación —la versión orwelliana del Ministerio de la Verdad—. La realidad no solo es que el desempleo sigue alto (en diciembre del 2012 fue del 7.9%, según la cifra oficial, pero la real es casi tres veces, 23%, según el estadístico John Williams), sino también porque se está dando un cambio drástico en el mercado laboral —cómo lo sufrieron los Latinoamericanos hace casi tres décadas, tras las órdenes del FMI.
Cuando el neoliberalismo comenzó a realizar sus primeros experimentos de “cambios estructurales” en América Latina, en la década de los 1980′s, a la re-estructuración laboral se le llamaba eufemísticamente la “reingeniería laboral” o la “reingeniería de recursos humanos”. Hoy en día, con una gran intensidad después de la gran caída del 2008, millones de trabajadores norteamericanos están experimentando lo mismo, en una transición donde la economía del país ha pasado de una industrial a una de servicios, como la ha explicado el economista Paul Craig Roberts.
Así, en medio de esta “reingeniería laboral”, los salarios bien pagados han desaparecido por millones y los nuevos empleos son, en su mayoría, de bajos salarios. Hoy en día la mitad de todos los trabajadores en los Estados Unidos ganan $505 o menos por semana, lo cual en algunos estados como Nueva York, por ejemplo, apenas sirven para cubrir las necesidades mínimas de una familia de 4 personas.
“Recuperación” con bajos salarios
Así, la nueva realidad es que la mayoría de los nuevos empleos, que mensualmente reporta el Departamento de Labor de los EE.UU., son trabajos de bajos salarios, de acuerdo a diversos estudios  como el del National Employment Law Project (NELP).
Peor aún, la desaparición de los empleos de clase media es parte de una tendencia a largo plazo que, como algunos economistas han remarcado, significa la Tercer Mundialización de las masas laborales estadounidenses.
“El mensaje aquí no es solo que tenemos un déficit de empleos; tenemos un déficit de ‘buenos trabajos’ de clase media”, según Annette Bernhardt, autora del reporte del NLP, titulado “The Low-Wage Recovery and Growing Inequality” (La Recuperación con Bajos Salarios y la Creciente Desigualdad).
El reporte analizó 366 empleos seguidos por el Departamento de Labor y los agrupó en tres grupos iguales por salario, con cada uno representando un tercio del mercado laboral estadounidense en el 2008. El tercer medio —los empleos en áreas como la construcción, la fabricación e información, con salarios promedios de $13,84 a $21,13 por hora— representaban el 60 por ciento de los trabajos perdidos desde principios del 2008 a principios del 2010.
Desde entonces, el mercado laboral ha cambiado drásticamente. Ahora los empleos del tercer medio sólo representan el 22 por ciento del crecimiento de empleo total. Los empleos con salarios más elevado —aquellos con un salario promedio que oscila entre los $21,14 a $54,55— representaron el 19 por ciento de los trabajos pérdidas cuando se perdían los empleos, y el 20 por ciento de trabajos ganados cuando el empleo comenzó a crecer otra vez.
Los empleos de bajos salarios, con pagos promedios entre $7,69 a $13,83 por hora, representaron 21 por ciento de los empleos perdidos durante la contracción económica. Pero desde que el empleo comenzó a “recuperarse”, representan el 58 por ciento de todo el crecimiento laboral.
La “Nueva Economía”
En las dos décadas pasadas, cuando Wall Street y las grandes corporaciones industriales comenzaron a venderle al público norteamericano la “Nueva Economía” —para trasladar millones de empleos industriales de clase media al exterior y aprovechar la mano de obra barata y la concesión de ciudades industriales (en China particularmente)—, el crecimiento laboral estadounidense comenzó a concentrarse en dos categorías: la de los trabajos manuales que deben ser hechas en persona, como las meseras/os o peluqueros/as, que pagan un bajo salario; y más creativos, orientadas al trabajo de diseños como ingeniería o cirugías,  que frecuentemente pagan muy bien —aunque con el mejoramiento del servicio de Internet de banda ancha en los últimos años, los trabajos de diseño altamente calificados también están siendo trasladados al exterior.
Esta “polarización” de habilidades y de salarios ha sido documentada meticulosamente por David H. Autor, profesor de economía en el Massachusetts Institute of Technology. Un estudio reciente encontró que esta polarización se aceleró en las tres recesiones pasadas, particularmente tras la del 2008, cuando las presiones financieras forzaron a las compañías a reorganizarse más rápidamente —es decir a aplicar la “reingeniería de recursos humanos”.
“Esto no solo es desagradable”, dice Henry E. Siu, un profesor de economía en la universidad de la Columbia Británica, quien ayudó a escribir el estudio reciente sobre la polarización y el ciclo de las empresas. “Muchos estos trabajos fueron barridos durante la recesión y no han sido recuperados”.
En consecuencia, esto ha llevado que los empleos con el crecimiento más rápido, tras la alegada “recuperación” a finales del 2009, son los de bajos salarios como lo demuestra la siguiente tabla.

El 25% gana menos de $10 la hora
En este panorama, de acuerdo a las últimas estadísticas del Buró del Censo de los EE.UU., aproximadamente el 25 por ciento de todos los trabajadores norteamericanos hacen 10 dólares por hora o menos en este punto de la crisis. Son los llamados empleos de servicios (que no producen bienes para ser exportados) donde la gente fríe hamburguesas, cortan el cabello, cobran en las cajas de los supermercados o cuidan a las personas ancianas. Y debido a que ganan muy poco en sus empleos primarios, donde no siempre les ofrecen las 40 horas para ser un trabajo a tiempo completo, deben buscar otros empleos a tiempo parcial y, aún así, cuando surge un  gastos imprevisto, una enfermedad o el carro se estropea, ellos se quedan cortos para pagar todas las deudas a fin de mes.
De acuerdo al Working Poor Families Project, “alrededor de un cuarto de los adultos de familias trabajadoras de bajos ingresos están empleadas en ocho ocupaciones, como cajeros, cocineros, ayudantes para el cuidado de la salud, fontaneros, mucamas, vendedores en tiendas al por menor, meseras y meseros, o choferes”.
Así, en este escenario de un drástico cambio en el escenario laboral, las oportunidades de alcanzar el “Sueño Americano” están virtualmente eliminadas para las grandes mayorías.
Y el mercado laboral se comporta como el cocinero de aquel cuento que reúne a todos los animales para preguntarles: —¿Con que salsa les gustaría ser comidas?
A lo que la gallina, en nombre de todos los animales, responde: —Nosotros no queremos ser comidos.
Y el cocinero responde: —Eso no está en discusión.

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