Desde cisnes negros hasta el “pecado” de pagar la deuda. Siempre nos quedaran los bancos centrales
Por José Luis Martínez Campuzano
Carta de la Bolsa
Desde cisnes negros hasta el "pecado" de pagar la deuda. Ya sé que esto último sonará ahora muy mal: ¿ajustes o crecimiento?. Y por qué no, ¿ajustes que lleven al crecimiento? De acuerdo: no es fácil y hasta el momento se ha demostrado que no es factible conjugar ambos principios. ¿Qué ha fallado? Han fallado, en mi modesta opinión, tres cosas. La primera, que los ajustes han sido políticamente correctos, pero no económicamente eficientes. No al menos totalmente eficientes. También el escenario los ha castigado en lugar de premiarlos. Me refiero, al mayor coste financiero y realmente a la restricción de financiación a que ha llevado la desconfianza sobre la solidez de estos ajustes fiscales y estructurales. Por último, un factor que también ha añadido dificultades es precisamente que hablamos de una crisis global donde los factores de riesgo se alternan y al mismo tiempo se entrecruzan, retroalimentándose. Cuando no es la Crisis del Euro, es la geopolítica. Cuando no es la tensión militar en Oriente Medio es el riesgo de desaceleración en China. Y si no, la potencial crisis económica y política en USA. En este último factor entran los potenciales cisnes negros a los que me refería al principio y que dos economistas en un artículo publicado este fin de semana nos han concretado para 2013. ¿Mi opinión? Se han quedado cortos. Claro que, ya saben: las Crisis anticipadas difícilmente se materializan. Pero esto no me acaba de tranquilizar.
Créanme: yo veo las peticiones de más tiempo para los ajustes, las demandas de compaginarlos con medidas expansivas, la necesidad de bajar la presión sobre el cumplimiento de los objetivos de déficit, con simpatía. Sí, yo también pienso que, en condiciones normales, hay que dar más tiempo a las medidas de ajuste. Pero estas no son condiciones normales. Este fin de semana tuve una última parte de la velada de una cena charlando con un grupo de amigos sobre todo esto. Terapia de grupo. Y eso que siempre me pido a mi mismo antes de cualquier reunión de amigos y colegas obviar estos temas tan trascendentales, pero con regusto final desagradable. Ni política, ni economía: temas tabú. Pero al final, resulta casi imposible.
El caso es que algunos pedían dilatar más tiempo los ajustes, aunque eso se tradujera en un crecimiento a medio plazo plano o recesivo. Yo, por el contrario, prefiero que sean profundos de forma que nos permitan un crecimiento sólido a medio plazo aunque a corto signifiquen un fuerte deterioro adicional. Pero, más allá de estos debates hay un factor siempre prioritario: la financiación. Y sin financiación y elevada deuda, hay poco margen de maniobra. Mientras no se mutualice la deuda en Europa o al menos el riesgo, los mercados seguirán acechando a aquellos países donde los ajustes de deuda no sean suficiente estrictos.
El programa OMT, una vez se pida, si alguna vez se pide (¡!), ayuda para dar tiempo a estos ajustes sin el acoso del mercado. Y permite que las empresas, victimas inocentes de la Crisis, no se ahoguen financieramente. La economía española necesita de las empresas, por otro lado en su mayor parte ejemplos de dinamismo y buena gestión. Y el mundo, como sería el caso de la economía norteamericana, también necesita que las empresas inviertan. Pero si en España es la financiación el principal enemigo de las empresas, en USA es la incertidumbre fiscal. Al final, como ven, todo desemboca en un conflicto político. La Crisis del Euro lo es; en China el cambio de Gobierno debería dar paso a utilizar el mayor margen de maniobra de política económica; la geopolítica lo dice todo con su nombre; en USA el panorama que queda ante cualquier escenario tras las presidenciales recomienda cautela.
Siempre nos quedaran los bancos centrales. Indefinida, ilimitada. Estas dos palabras me siguen animando para ver el futuro a muy corto de los mercados con optimismo. ¿Y más allá? Veremos.
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