Baja el precio de la gasolina pero ¿es un alivio real?



  

Por Alexandre Mondragon
LTH


Con el comienzo del otoño los precio de la gasolina han comenzado a caer como las hojas secas. En Long Island, Nueva York, el precio bajó en más de 10 centavos de dólar por galón en la última semana – la baja más grande en sólo una semana en más de un año–  y a principios de esta semana el precio promedio era de alrededor de los $4 por galón, de acuerdo al sitio Long Island Gas Prices.
Y algunos expertos de la industria petrolera indican que los precios pueden caer hasta unos 50 centavos en las próximas semanas, de acuerdo a USA Today.
Mientras que los inventarios suben y la demanda se reduce, los precios de la gasolina podrían bajar hasta 50 centavos por galón del promedio nacional de octubre ($3,86) durante las próximas semanas, proporcionando una ayuda a la economía (por cuanto el ahorro se trasladaría a otros gastos del consumidor) y, además, puede convertirse en un factor entre los votantes durante  la elección presidencial del mes próximo.

Se espera que la gasolina, que ahora tiene un precio promedio de $3,68 por galón a escala nacional, caiga a $3,35 o menos a finales de noviembre. En algunas regiones, los precios ya están por debajo de los $3.
“La mayor parte del país verá una baja apreciable (en los precios) las próximas semanas”, dijo Tom Kloza del Oil Price Information Service, quien observó que los precios al por mayor en algunos mercados dominantes ha caído de $4,35 por galón a $2,71; aunque precios en las gasolineras se tardan más en bajar. Pero Kloza espera que los precios al por menor bajen de cinco a 15 centavos por galón en cada uno de las tres semanas próximas.
El descenso podría proporcionar un alza en el gasto del consumidor e influenciar en las elecciones presidenciales de noviembre, donde el alto precio de la gasolina ha sido un tema candente en gran parte de la campaña. En varios estados donde la preferencias están parejas, como Ohio, Pennsylvania y Wisconsin, los consumidores están disfrutando de  grandes caídas de precios.
“Ciertamente, precios de la gasolina más bajos son útiles en términos de gasto del consumidor por aumentar sus ingresos disponibles”, dice Brian Bethune, economista jefe en Alpha Economic Foresights. “Y si los precios bajan rápidamente en las tres semanas próximas, eso puede ayudar al titular (Obama). Puede que no sea lógico, pero si la gente ve problemas con el alto coste de la comida o de la gasolina, es el presidente a quien se le tiende a echar la culpa”.
Los precios de la gasolina han permanecido obstinadamente altos aún después de la fecha pico tradicional del fin de semana del Memorial Day, en gran parte por la escasez de suministros y problemas en las refinerías en la costa oeste y el Cercano oeste. Pero como ha aumentado el inventario del petróleo y los problemas en la producción se han reducido, los precios han estado cediendo la última semana, una tendencia que probablemente continúe, dicen los expertos.
Kloza espera que los precios bajen a un promedio nacional de $3,30. El analista Patrick DeHaan de Gasbuddy.com y el analista de energía Brian Milne de Telvent DTN ven una reducción inferior a $3,35, según reporta USA Today. Salvo a problemas en el Oriente Medio o de las refinerías en los EE.UU., los precios podían permanecer en ese rango hasta principios de 2013.
¿Es un alivio real?
Sin embargo, aunque una baja eventual a $3.30 el galón (en Nueva York quizá solo sea de $3.50 a $3.60) se pueda ver como un alivio para el bolsillos de los conductores, la pregunta esencial es ¿será un alivio real?
En apariencia sí lo es –como un efecto sicológico– si una baja es medida como una sensación de alivio para el consumidor al momento de pagar un poco menos en la gasolinera. Y esto es lo que, en gran medida, consideran los que están en el poder de manipular los precios (no solo de la gasolina, sino de los productos de consumo en general), porque, al tener un poco más de dinero en su bolsillo, el consumidor percibirá la sensación (quasi real) de poder hacer otros gastos que –con toda probabilidad– ha debido de reducir en el pasado para pagar por los altos precios de la gasolina.
En otras palabras, la reducción y/o alza de precios es un simple juego de especulación de quienes controlan los precios, para trasladar el gasto del consumidor de unos productos a otros –particularmente ahora, no solo con propósitos electorales sino también para elevar el consumo de otros productos en las épocas festivas de fin de año.
Finalmente, lo que los grandes medios de comunicación no dicen es que el índice real de inflación de precios sigue en constante ascenso y que para manipular la angustia de los consumidores se siguen importando productos a bajos precios (no solo electrónicos, sino también de alimentos) para mantener la ilusión de que los sueldos reales (en sus niveles más bajos en los últimos 40 años, según las estadísticas del Buró del Censo) aún alcanzan para mantener a una familia. Pero la realidad de los precios, que suben o bajan, es que lo no se va por angas se va por mangas.

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